乂 하나 --1 乂

585 50 27
                                    

Joseon, Año 1438

Kim RyeoWook, el hijo más pequeño del palacio estaba siendo acechado por vampiros; extraños y sombríos seres que eran famosos por hechizar y comerse a viajeros que caminaban las montañas ya bastante noche. La mayoría de los niños recién nacidos comenzaban a desaparecer de cada casa en el Reino, por lo tanto el príncipe tambien corría peligro.

Tan sólo días después de su nacimiento fue enviado a Wonju junto con una niñera para esconderse y ser criado como una niña.

20 años después y con la creencia de que todo había terminado, se tomó la decisión de coronarlo y darle su puesto correspondiente en él palacio, el Reino estaba en celebración.

Cientos de personas de descendencia noble llegaban una tras otra para tomar lugar en el evento, mismo que prometía desde la invitación, ser uno de los mejores que se hubiera visto hasta ahora.

Tengo mucho miedo...-susurraba RyeoWook mirándose en el espejo mientras las damas lo peinaban y arreglaban la ropa-no sé si logre ser la persona que este lugar necesita.

-Tranquilo...nadie sabe hacer las cosas al nacer, todo se aprende y confío en que serás un principe bueno y sabio.

-Simplemente no lo lograré...madre no quiero estar aquí-el joven principe cubrió su rostro y se soltó a llorar.

-RyeoWook por favor...debes comportarte, su Alteza te espera, muestra compostura ante tu madre.

-No quiero ser un principe...fui criado como una mujer desde que nací y ahora así sin más tendré que aprender a ser un hombre, no es del todo justo.

La mujer lo tomó por las mejillas y limpió sus lágrimas con los pulgares, después besó su frente.

-Supuse que él cambio te resultaría bastante dificil-La Reina entraba a la habitación junto a un par de damas que llevaban una caja larga y delgada de madera brillante-pedí que te confeccionaran un Hanbok especial, serás coronado y presentado como mejor te parezca.

-Su Alteza...-la niñera y Wook inmediatamente hicieron una reverencia.

-Soy tu madre...te tuve lejos todos estos años y ahora que volviste lo único que me interesa es que seas feliz-la mujer lo tomó por el mentón y le sonrió, si que eran muy parecidos físicamente.

-Muchas gracias...-lo pensó por unos segundos pero después simplemente lo dejó salir-Madre...

Unas ordenes después de lo ocurrido, Wook ya se encontraba con sus lindas ropas de ceremonia y ese lindo peinado en trenza que tanto le gustaba llevar. Por fin se sentía cómodo entre todas esas extrañas personas.

Los ritos y las alabanzas del pueblo y los presentes comenzaron, inclusive de vez en cuando recibía cumplidos sobre su belleza tan delicada.

Aunque algo extraño ocurría, la coronación iba demasiado bien pero no lograba ver a ningún guardia en él lugar, cosa nunca ocurría en él palacio. Sus sospechas fueron confirmadas en cuanto él lugar comenzó a ser invadido por soldados desconocidos que atacaban a todo él que se colocara en su camino.

Con todo él susto que su corazón había sentido hasta ahora, Wook observaba la masacre y lloraba ¿Donde estaba la ayuda en ese momento?

-¡Corre!-La Reina lo tomó por él brazo para llevarlo al interior de el palacio-¡Escóndete!...hay alguien que te quiere...tiene piel pálida y cabello negro...¡Hijo necesitas alejarte!

-Creo que habla de mi...¿Me equivoco?...-Wook no tuvo tiempo de reaccionar, el joven que su madre había descrito estaba ahí-no se preocupe su alteza, lo voy a tratar bien...-su espada traspasó el cuerpo de la mujer, era algo irreal. Estaba pasando todo tan rápido.

-¡Mamá!...¡Mamá!...-Wook lloró con fuerza de inmediato, la mujer que le había dado la vida, moría frente a sus ojos-Mamá no mueras...-corrió a ella para intentar abrazarla pero sus movimientos fueron detenidos por un par de soldados. Lo pusieron nervioso y desistió.

-Hasta donde tenía entendido tu eras un varón...y mírate, eres una linda princesita-lo tomó del mentón para mirarlo mejor.

Le sonrió irónicamente, hizo un gesto a sus soldados y estos apretaron el agarre en Wook.

-¡Déjame ir por favor!-suplicó en un susurro.

-Soy YeSung por cierto...-hizo caso omiso a su argumento. Levantó su falda y sin dejarlo de mirar a los ojos apretó levemente su entrepierna, RyeoWook sólo siguió sollozando, era vergonzoso.

-Te lo suplico...déjame ir-se removió un poco pero él joven lo tomó de nuevo por el mentón.

-Se supone que debo desaparecer te, lo más factible sería sin duda comerte pero, considero eso como un desperdicio de tu belleza. Te llevaré para que seas mi concubina...

-¿Concubina?-Wook lo miró confundido-¿Qué es eso?...-habían vivido lejos toda su vida así que realmente no sabía que significaba esa palabra.

-Ya lo descubrirás-caminó y entonces ambos hombres lo hicieron también, llevándolo consigo a rastras.

-¡Suéltenme!...¡Déjenme ir!...-se resistía y pataleaba para lograr zafarse.

-Escúchame bien...-su tono de voz cambió drásticamente-llevo 20 años peleando por ti y si yo digo que serás mi concubina, lo vas a ser.

-¡No quiero ir!-lloraba y gritaba, viendo a su lado un sinfín de personas muertas, incluido aquellas a quienes amaba, ya no quedaba nada.

Continuó quejándose y llorando hasta que un golpe le nubló la vista, dejándolo inconsciente en los brazos del mayor. Estaba entrando en la boca del lobo y no se había dado cuenta.

Horas después despertó en el medio de una hermosa habitación, la manta que lo cubría era demasiado suave y caliente. Inmediatamente se levantó y corrió al espejo más cercano.

-¿Qué está pasando?...-se observó en el espejo con detenimiento, le costaba un poco creer que estaba vivo y que estaba bien. Quizá todo había sido un sueño.

Llevaba las ropas ocupadas normalmente para dormir y su cabello ya no lucía el peinado que tanto le gustaba, sólo estaba recogido sobre su cabeza, era un peinado usado por las esposas por lo que se avergonzó demasiado al verse así.

-Me alegra que hayas despertado RyeoWook...

Reconoció inmediatamente la voz, así que sólo quedó inmóvil, ese maldito escenario no había sido un sueño.

✿✿

•La Concubina del Vampiro Y Las Flores De Sangre•✿YeWook✿ ⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora