-five; under the neon lights

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capítulo cinco; bajo las luces de neón

Mónica entrecerró sus ojos tratando de acostumbrarme a las luces de neón que daban vida a aquel bar, la pelirroja alzó una ceja sorprendida de que a Jasper le gustase un sitio así pues este era parecido a un arcade pero más centrado en la comida

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Mónica entrecerró sus ojos tratando de acostumbrarme a las luces de neón que daban vida a aquel bar, la pelirroja alzó una ceja sorprendida de que a Jasper le gustase un sitio así pues este era parecido a un arcade pero más centrado en la comida. Los dos se sentaron en una mesa y Mónica agarró el menú entre sus manos.

—No me esperaba que te gustase un lugar así.

—¿Por qué?—la pelirroja arrugó la nariz sonriente.

—No va con tu estilo.—su mirada se posó en una vieja máquina del Pac-Man.—Y luego yo soy la chica 70s.

—Lo eres, rojita.—Jasper analizó los cortos mechones de su amiga—¿Por qué tu pelo es de ese color?

La pelirroja se recargó en la mesa para poder acercarse a golpearle en el brazo al rubio que se quejó mientras reía.

—¿Qué pregunta es esa? Yo no cuestiono que seas oxigenado.—respondió la pecosa conteniendo la risa al observar la expresión ofendida del vampiro.

—¡Soy natural! y, volviendo al tema, conozco a tu tía y me ha enseñado fotos de tu familia...Ninguno es pelirrojo.

—Vale, eso me aterra.—los dos rieron mientras Jasper negaba—Y me viene de parte de madre, todas las mujeres en nuestro linaje han tenido el pelo de este color.

—¿Ese collar también le pertenecía a ella?—la mano de la pelirroja acarició el símbolo que reposaba en su pecho.

—¿Eres adivino, Jasper Hale?

—Puedo ser muchas cosas.—Mónica se llevó una mano a la boca queriendo ocultar su risa.

Oh, me recordaste a the notebook. Y sí, también se transmitía de madre a hija.

—Es bastante antiguo, por eso lo supuse.

—¡Atentas, mujeres! Jasper Hale, oxigenado y experto en antigüedades.—el recién nombrado osciló sus ambarinos ojos antes de reír junto a Moore.

—También te quiero, Mónica.

—No llores, Jazz, estamos en un lugar público.

En ese momento apareció la camarera preguntando su pedido, la pelirroja decidió tomar un batido de fresa y nata mientras que Jasper tan solo quiso un vaso de agua.

Mónica sorbió de su malteada por la pajita, sonriendo ante el sabor de la fruta en su boca.

—Bien, yo te he hablado un poco de mi familia. Tu turno.—la mano del rubio rascó su nuca nervioso.

—Tampoco hay mucho que contar, solo que soy adoptado.

—Es coña.—el vampiro negó sonriente.

—No me esperaba esa reacción, sinceramente.

—¿Acaso realizaron una selección exclusiva para adoptar a los niños más parecidos?

—No sé de qué hablas.—el rubio retiró la mirada hacia la barra, la mano de Mónica agarró su mentón obligándole a mirarla.

—Sí lo haces, ¡sois iguales!

—No es para tanto.—al notar la incomodidad del chico, la pelirroja lo soltó.

—Está bien, no tienes por qué hablar del tema. Cuéntame algo, qué pasa en la vida amorosa del oxigenado.

—¿No vas a olvidarte de eso verdad?

—Ni en tus más profundos sueños.—Jasper suspiró.

—Joder...

—No contestaste a mi pregunta.—remarcó la pelirroja tomando otro trago de su bebida.

—Mi vida amorosa está desierta, Mónica, aunque Alice dice que eso va a cambiar tarde o temprano.—la amarillenta mirada del chico chocó con la verde, él la mantuvo durante un profundo tiempo antes de que Moore la apartase nerviosa y tocando su collar en un gesto inconsciente.

—Alice tiene razón, no vas a permanecer soltero toda tu vida.—Mónica acabó la frase con una pequeña risa y el rubio sonrió al percibir su nerviosismo.

—¿Cómo puedes estar tan segura?

Eh, yo...idiota.—bufó la pelirroja antes de terminar su bebida en un solo sorbo.

La velada se basó en risas y conversaciones de poca relevancia pero que se repitieron por toda la noche en la mente de Mónica. Jasper se ofreció a conducir y llevó a la pelirroja hasta la casa de esta última, el rubio bajó con rapidez abriéndole la puerta y ayudando a la bajita chica.

—Y también eres caballeroso, todo un partidazo.—la pelirroja se puso de puntillas para revolver los ondulados mechones del vampiro.

—Me lo creo solo si tú lo dices.—los dos se sonrieran en el portal de la chica.

—¿Cómo te irás?—cuestionó Mónica con preocupación en su voz.

A velocidad vampírica, pensó el rubio pero dispersó esos pensamientos en pocos segundos.

—No vivo muy lejos.

—Está bien. Buenas noches, Jazz.—la pelirroja besó la mejilla del rubio.

—Descansa.

Mónica entró encontrándose con la sonriente y regordeta cara de su tía.

—¿Era un chico?

Ajá, Jasper Hale.

—¡Ay! Ese chico es un sol, me gusta para ti cariño.—la pelirroja abrió sus ojos escandalizada.

—¡Tan solo somos amigos! Le conozco de hace muy poco.

—Todo comienza con una amistad, recuerda mis palabras, Moni.—la de ojos verdes negó sonriente.

—No te hagas ilusiones, tía Soph.

—Muy tarde.—canturreó la rubia.—He hecho tu comida favorita, ¿cenamos y hacemos un maratón de películas antiguas?

—¡Nunca me negaría a eso! Tan sólo deja que me ponga el pijama.

La pelirroja recorrió la casa hasta llegara su cuarto en dónde se dejó caer en la cama con una gran sonrisa. Él era un buen tipo, uno bueno con un oscuro secreto.

m-oddinsdottir

cigarettes || jasper hale (twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora