Su deseo.

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☬ Kim JongIn ✖:


Acostumbraba a ir a una cafetería, era mi favorita se podría decir, no era la más moderna ni la más lujosa, pero era suficiente para pasar un buen rato sin ser acosado por la policía o cualquiera de las autoridades. Aveces incluso pasaba desapercibido, puesto que la policía jamás conoció nuestras identidades... Por lo menos no las reales.

En fin, tal vez fue casualidad del destino, pero en esa cafetería trabajaba él. Do KyungSoo.

Llevaba un delantal azul oscuro siempre que era su turno, junto con el resto de su uniforme. Al finalizar su turno, siempre iba a la barra para pedir un café, lo pagaba y luego buscaba una mesa cerca de la ventana y se ponía a mirar a través de ella cualquier cosa que estuviera pasando allá afuera, sea entretenido o no. El reflejo en sus anteojos lo hacía ver mucho más interesante y misterioso, y su semblante ayudaba mucho a dar un aire enigmático. Siempre y cada vez que lo veía, estaba serio. Era muy complicado (y diría que hasta casi imposible) hacerlo siquiera sonreír... Era raro,pero algo en él llamaba mi atención.

Ha de ser tal vez esa aura misteriosa que desprendía y que lograba implantar en mí curiosidad, o tal vez ese culo perfecto que tenía... O el simple hecho de que me observara de una manera fría cada vez que tenía la suerte de que me miraba. Habían tantas posibilidades, pero ninguna fue de mi interés.

Solo quería pasar un buen rato.

En un momento, de la nada él comienza a atender en la caja, y esa fue mi oportunidad. Me acerqué a él, le dí mi orden, y, aprovechando que nadie estaba detrás de mí, comencé a hablar con él, y, afortunadamente para mí, él me siguió el juego. Comenzamos a hablar más y más cada vez, hasta que ahora las pequeñas charlas se habían transformado en un ❝ Te espero después del trabajo para que podamos charlar más tranquilos❞.

Desde ese entonces entablé una rígida relación de confianza con él, tardé meses tal vez, pero valió cada puto segundo invertido en este imbécil.
Al principio éramos nada más que amigos, una especie de amistad en la que podíamos tener placeres que otros amigos no tenían.

Podíamos tocarnos de maneras sutiles y no tan sutiles, podíamos jugar a besarnos con pequeños y breves picos, era divertido. Hasta que un día, KyungSoo llegó con la famosa pregunta:

KyungSoo:―Hey, JongIn―Llamó el joven a su menor. Él le observó en respuesta. Do lo miró a los ojos, y con su ceño fruncido, le preguntó:― ¿Qué somos?

Kai no hizo más que abrir sus ojos en sorpresa, ¿Finalmente había caído en su trampa?
Pues, de ser así no lo iba a desaprovechar.

Le dedicó una sonrisa coqueta, y sin pelos en la lengua, soltó:

JongIn:―Somos lo que vos quieras que seamos~―.

Esa respuesta no hizo más que confundir al otro, quien le dedicó una mirada confundida.

KyungSoo:―¿Y entonces?¿Qué querés ser?―Volvió a preguntar. Por primera vez, Kai afirmaba que en el rostro de su mayor ahora había emociones que nunca había visto. Estaba nervioso, impaciente, tal vez tenía miedo.

Y le gustaba verlo así.

JongIn:―No lo sé, tú dime―.

[EXØ] 𝐒𝐮 𝐀𝐭𝐫𝐚𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚 𝐂𝐨𝐫𝐫𝐮𝐩𝐜𝐢ó𝐧. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora