Capítulo 22.

1.1K 162 46
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuidar a Simon y a Esther era divertido de algún modo, especialmente cuando ambos la hacían reír la mayoría del tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuidar a Simon y a Esther era divertido de algún modo, especialmente cuando ambos la hacían reír la mayoría del tiempo. De principio a fin no faltaron las risas y para cuando llegaron por la rubiecita, Milena no pudo evitar sentir un poco de tristeza, pero sabía que estaba siendo mejor cuidada que nunca porque se trataba de sus padres.

El chico Fitzpatrick por otra parte se encontraba aun en el sofá y ella a su lado acompañándolo. No estaba en sus planes acompañarlo otra noche, pero ya que estaba solo, con fiebre y resfriado, dejarlo no era una opción. Por ello mientras él dormía, ella se encontraba leyendo un libro que el chico le había recomendado.

La pantalla de su teléfono se ilumino mostrando el nombre de Tony en el identificador de llamadas. Milena pauso molesta su lectura para tomar la llamada, detrás en la otra línea un hola carrasposo de hizo presente acompañado de lo que parecía un llanto—. Mile, estoy afuera. Tu madre me dijo que estabas en casa de los Fitzpatrick y yo necesito hablar contigo.

Miro la hora antes de contestarle—. Son las nueve de la noche, es una falta de respeto que aparezcas a esta hora un día de semana, Tony y en una casa que no es la mía.

—Solo—el quejido no lo dejo terminar—abre.

Aunque no le sonaba demasiado la idea de abrir la puerta en esos momentos o de escaparse a hablar con su ex mientras Simon dormía a su lado, le sonaba menos la idea de tener a Tony llorando en la puerta, por lo se estiro para acercar su silla de ruedas y hacer el traspaso del sofá a ella. Miro por última vez al chico durmiente y dio la vuelta para ir hasta la puerta.

El arrepentimiento se puede dar de muchas maneras, existen varios tipos, el falso, el momentáneo o el verdadero. Ella no tenía la certeza en cual debería ubicar a Tony Marshall, pero esperaba que fuera el ultimo, por lo menos por lo que ella creía le conocía.

Al momento de abrir la puerta se encontró con el chico mirándola con sus ojos llenos de lágrimas. No tenía un aspecto deplorable por lo que no podía asumir que estuviese bebiendo o algo por el estilo, sin embargo todo su rostro se mostraba cansado, él se veía agotado de todas las maneras posibles y las lágrimas no paraban de salir.

ARRIÉSGATE CONMIGO | LIBRO #3 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora