Epílogo.-

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—Mira…realmente no puedo terminar de creer que este día finalmente haya llegado.—anunció Romina dejando escapar el aire de sus pulmones.

Danna se echó a reír en voz baja y dejó un beso sobre la frente de Aitana que descansaba en sus brazos, llevó sus ojos un momento hasta su nueva cuñada y asintió de acuerdo.—Tampoco puedo creerlo.—admitió.—Te juro que es uno de los días más lindos de mi vida. Y Dios…siento tanta emoción que siento que en cualquier momento mi corazón va a explotar de felicidad…

—No es para menos.—respondió la mujer.

—Gracias por ayudarme con esto, Romina.—murmuró.

—Tengo que admitir que cuando reapareciste en la vida de Christopher en una parte de mi había celos.  Eras su ex novia y pensé que de alguna manera pretendías quitármelo hasta que comprendí como eran realmente las cosas.—Danna se quedó en silencio mirándola.—Cuando conocí a Christopher él estaba completamente herido, tenía el corazón roto y le tomó mucho tiempo curar sus heridas ¿sabes? Pero no te guardaba rencor; él siempre decía que guardar rencor no servía de nada. Después cuando Miranda me hablaba de ti las ganas de conocerte comenzaron, no podía ser cierto que la misma Danna que haba lastimado a Christopher fuese la misma persona que mi hermana tanto admiraba y entonces comprendí porque lo hacía. Y ahora que todos sabemos que el padre de Christopher también  es el tuyo…

—Solo lo hice para protegerlo.—anunció Danna dejando un pequeño beso sobre la cabeza de su bebé.—No lo justifica pero quería ponerlo a salvo y esa fue la única manera que encontré para hacerlo.—Romina asintió lentamente.

—Lo sé.—respondió.—Ahora lo sé, quiero decir. Lo cierto es que te has convertido en una de mis mejores amigas y te agradezco: y te agradeceré  eternamente por ofrecerme tu amistad…—una pequeña sonrisa se formó en los labios de la esposa de Ch ristopher.—Pero bueno, creo que  ya fue suficiente de cosas sentimentales; es el día de tu boda y tienes que estar completamente radiante y ser la novia más linda del planeta entero…

Un par de suaves golpes en la puerta se hicieron presentes, Danna inspiró profundamente y Romina se encaminó a la puerta para atender. La sonrisa de la madre de Erick quedó ante sus ojos y automáticamente ambas le sonrieron.—Dios, luces completamente hermosa…—murmuró la madre de su futuro esposo.

—Gracias.—respondió la muchacha en voz baja.

—Las dos lucen hermosas, quiero decir.—añadió de inmediato.

—Las dejo.—anunció Romina sonriéndoles a ambas antes de comenzar a caminar fuera de la habitación. Danna apoyó al bebé sobre su pecho y dejó otro beso sobre su cabeza bajo la atenta mirada de la madre de Erick.

—Er me dijo que probablemente necesitabas un poco de ayuda con Aitana.—comenzó y Danna asintió lentamente.—No tienes ni idea de lo desesperado que está…está nervioso y contando los minutos que faltan para que comience la ceremonia…—una sonrisa se formó en los labios de la castaña.

—También estoy ansiosa.—respondió.—¿Sabes? Siento que ha pasado mucho tiempo desde el día en el que firmamos el divorcio pero todo lo que vino después fue completamente hermoso, el nacimiento de Aitana y todos los momentos que hemos compartido como familia los tres juntos, conocer a mi verdadero padre, arreglar mi relación con mi otro papá…—se rio.—Todo eso ha sido muy lindo y realmente no lo cambiaría por nada en el mundo…

—Eres afortunada.—decidió la mujer. Danna le volvió a sonreír y colocó con cuidado a la niña sobre sus brazos, ella la tomó con una sonrisa en los labios y miró de nueva cuenta a la muchacha envuelta en un vestido blanco.

—Realmente lo soy.—respondió.

—En serio luces completamente hermosa, Danna. Eres la novia más bonita que he visto en mi vida, lo digo de verdad…—hizo una pausa.—Se está haciendo tarde y tu padre no tardará en venir por ti para llevarte al altar así que…—Danna asintió lentamente.—llevaré a mi nieta a la iglesia, Dan…

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora