La ultima lágrima

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La humanidad, desde el inicio de los tiempos, había sido cuna de múltiples males y pecados, pero también de hermosos milagros.

Desde el inicio, lucharon entre , conocieron el odio y la envidia.

Pero también, el amor y la generosidad.

Destruyeron a los suyos, pero otros alzaron ciudades para protegerse los unos a los otros.

Conocieron la avaricia, pero también la humildad

La humanidad desde el inicio, fue la cara del bien y del mal.

Lamentablemente, los dioses, sus creadores, se hartaron rápidamente de los errores y pecados cometidos por aquella imperfecta pero bella creación llamada humanidad.

Incapaz de permitir que los humanos sufrieran la ira de los dioses, la diosa athena, diosa de la guerra justa y protectora jurada de la humanidad, se volvió el escudo de los frágiles, pero llenos de esperanza y sueños, humanos.

Siglos pasaron desde entonces, reencarno incontables veces para proteger a los humanos de la ira de los dioses.

Llego un día, en el que reencarno como una joven muchacha, llamada saori kido.

Salvada en la cuna por el caballero de sagitario, y entregada al poderoso mitsumasa kido, vivió con lujos y comodidades, hasta que llegó el día en que su supuesto abuelo falleció, y siendo una niña, tuvo que encarar al mundo, como una diosa.

La humanidad había crecido para ese entonces, seguían siendo los mismos duales seres, pero habían avanzado, sus civilizaciones eran hermosas, pobladas e increíbles.

Sin embargo, ni el mayor avance tecnológico cambio lo que era la humanidad.

Seguían siendo seres que caminaban todo el tiempo entre el bien y el mal.

Seguían generando guerra y discordia entre los suyos

Seguian provocando daño a sus iguales

Seguian lastimando por placer

Seguian causando la furia de los dioses

Y sin embargo...seguian intentando arreglar sus errores

Por cada guerra que provocaban, miles de fundaciones en pro de La Paz eran creadas.

Por cada árbol talado por la avaricia, tres eran plantados por la bondad

Para athena, no había nada más valioso que eso, el como pese a cometer errores, la humanidad buscaba repararlos.

Por eso, aún siendo tan joven en su nueva vida, se levantó contra el olimpo entero, para protegerlos.

Para proteger a esos seres a los que veía como a sus niños.

Ya había renunciado a todo por ellos, y renunciaría a más.

No le importaba si los humanos seguían cometiendo errores, ella frenaría las lluvias que amenazaban su supervivencia.

No le importaba si se seguían lastimando entre ellos, ella derramaria su sangre para ganarles tiempo.

No le importaba si muchos de ellos no valoraran la vida de sus semejantes, ella daría la suya para proteger a los que la merecían, y ante sus ojos, esos eran todos ellos.

Ya había dado todo lo que podía dar, ya había derramado todo lo que podía derramar.

Pero por la humanidad, seria capaz incluso de dar hasta la última de sus lágrimas.

Porque eran sus niños, seres lleno de esperanza y sueños, capaces de superar las adversidades y crear milagros.

Y por ellos, daría hasta la última lágrima de diosa en su ser.

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Las Lagrimas De Una Diosa - Saint Seiya One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora