El amigo de mi hermano

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Parte 1

La voy titular el mejor amigo de mi hermano
#PARTE_1
Mi nombre es Alfonso, Alfon para los amigos,  y hoy les contaré lo que me pasó con el mejor amigo de mi hermano Sebastián, Guille.

Los dos tienen la misma edad (18 años) y van juntos a clase, por lo que quedan mucho en mi casa para hacer los deberes, trabajos, estudiar..., ya que Guille vive cerca también. Son inseparables y lo cierto es que Guille es muy buena gente, responsable y divertido. A mí me cae bastante bien, ya que siempre me gasta alguna bromilla y se interesa por mí cuando estamos en el instituto y mi hermano no ha ido a clase, por si me hace falta cualquier cosa.

Voy a describirme un poco: soy de estatura media, tengo el pelo corto y de color marrón, mis ojos son verdosos, mi nariz es pequeña y está cubierta por algunas pecas. Hace poco que me quitaron los aparatos, por lo que tengo unos dientes rectos y blancos y mi cara es fina. No practico ningún deporte, por lo que mi cuerpo no está muy definido, aunque soy bastante delgado. Por hablar de mi pequeño amigo, no sabría decir si es grande o pequeño, ya que no tenía ninguna referencia. El único hombre en mi casa era mi hermano (mi padre murió cuando éramos pequeños) y hacía mucho tiempo que no lo veía desnudo. Creo que tengo un buen tamaño para mi edad, rondará los 14/15cm y un grosor acorde con la estatura.

Guille, sin embargo, era todo lo contrario a mí. Era alto, hacía calistenia, por lo que tenía el tren superior bastante desarrollado y sus manos era ásperas. Tenía el pelo negro, recortado por los lados y con un buen flequillo, muy moderno. Tenía los ojos casi negros, una nariz respingona y una sonrisa muy atractiva para las mujeres, según decía él. Su pecho estaba muy desarrollado, al igual que su espalda y sus enormes brazos.

Mi hermano Seba es un chaval tímido y responsable. Conoció a Guille cuando este se mudó aquí, hace un par de años. Es más bajito que Guille y ha empezado hace un mes a ir al gimnasio, por lo que no está muy definido tampoco, aunque, como yo, es bastante delgado. Lo cierto es que nos parecemos mucho físicamente: también tiene el pelo marrón, los ojos verdes y la nariz pequeña, aunque su cara era es un poco más ancha que la mía y el no tiene pecas.

La historia comienza aquí: mi hermano y Guille terminaron el curso con muy buenas notas y salieron junto al resto de la clase al pub del pueblo, en el que ya eran conocidos y les servían alcohol. Aquella noche, yo me encontraba durmiendo plácidamente cuando un ruido me despertó. Eran mi hermano y Guille, que acababan de llegar. Miré el reloj de mi móvil: las 4:30 de la madrugada. Pues sí que se les había alargado la fiesta, sí. Presté atención para intentar escuchar lo que decían:

-       Tío, Seba, déjame irme a mi casa. – decía Guille.

-       Ni de coña, no eres capaz de llegar así ni de coña. Además, si tus padres te ven llegar de esa forma te meten en una clínica de desintoxicación o algo. – le respondió Sebastián.

-       Hombre, razón no te falta, desde luego... hip. – hipó Guille, al que era difícil de entender – Bueno, pues me duermo en el sofá, ¿no?

-       Que va tío, mañana viene una limpiadora y no te puedes quedar ahí. – mi hermano hablaba normal, por lo que intuí que iba muy borracho. – Ya sé, mi hermano tiene una cama nido. ¿Te importa dormir en su cuarto?

No escuché la respuesta, pero me hice el dormido, no sé por qué, cuando estos llegaron a mi habitación.

-       Alumbra, Guille. – dijo mi hermano.

-       ¿No quieres que te ayude? Hip. – preguntó Guille.

-       Jaja, no, da igual. – contestó Seba mientras tiraba de la cama que había debajo de la mía.

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