Abstracto

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¿Dónde estaba?; Una oscuridad perpetua nublaba mi vista dolorosamente; y no era capaz de entender por qué.


Seguía sentado en el mismo lugar, no sabía cuánto tiempo llevaba así, ¿cuál es mi nombre?, algo dentro de mí me decía que quizá nunca lo tuve... y quizá, nunca lo lleguaría a tener; no podía escuchar nada, solo un susurro difícil de interpretar, que se quedaba suspendido en el aire denso, casi irrespirable y aun así, extrañamente apacible.


Creía no sentir nada, no había un antes o un después, tal vez, todo era una ilusión, el tiempo jugaba con mi mente; y en medio de la oscuridad, cerraba mis ojos cansados y monótonos.


Algo me perturbaba, la luz ingresaba cegándome, algo nuevo golpeaba mi pecho, sutil al inicio, cálido, pero pronto explotaba en ansiedad, en rabia, cual fuera un recuerdo amargo, golpeándome en un presente incierto.


Respondí con dolor, defendiéndome de algo que no podía ver, aun entre tanta luz... era tanta, que seguía nublando mi vista.


Interminables voces rondan como eco, hablaban de algo... de mí; entonces comprendí que no todos los caminos con luz son buenos, las luces que enceguecen, hacían sangrar mis pies sobre la tierra espesa que por primera vez era capaz de sentir; y nuevamente me enojaba con todo.


¿Qué es lo que querían de mí?


Elevaba mis manos, sabía que estaban ahí, las sentía, por más que mis ojos se negarán a mostrarme el mundo.


Mi oscuridad, mi vida era una ilusión, lo entendía en medio de todas las luces frías, veía sombras de luz opacas, caminaban guardando su distancia... me temían...


Reconocía olores, estériles, neutros que causaban dolor, podía sentirlo todo, como si fuera mi piel la que perforaban. ¿Qué motivo había tras esto?


Fuiste creado


— ¿Eso soy?— eso me preguntaba, aun sin voz, no me escuchaba, no hay ruido, hablaba dentro de mí, mientras las emociones negativas se aglomeraban — entonces no soy nada... — y volvía a cerrar mis ojos y esperar...


(...)


Él creía ser feliz... ¡Era mentira!... Soy tú, dentro muy dentro... soy tú...


Estabas solo, lo estábamos los dos... ¡Dejen de despertarme!


No veía como tú... estaba cada vez menos vivo, nuestro cuerpo se deterioraba; me cansaba rápido, sentía que todo iba a acabar, en silencio...


Estaba dudando, veía destellos de una vida que parecía ajena, y tú no veías tus propios rincones, todo era tan incierto... pero borraban tú memoria... nunca llegaban a mí...


Y repito...


¿Qué quieren de mí?

Un Pasajero en sus SueñosWhere stories live. Discover now