El manto azulado se posó sobre aquel atardecer, el viento brindaba tranquilidad por los fríos pavimentos de su ciudad, o eso quería pensar aquel chileno que se paseaba por las orillas del mar, escuchaba a lo lejos las olas chocar contra las piedras bruscamente, dejó escapar un suspiro cansado.
Buscó con la mirada por los alrededores nuevamente, resongó con fastidio - parece que me tendieron una maldita broma.. - se dijo a si mismo al no ver siquiera a una persona nadando, aunque obviamente no iba a ver alguien a altas hora de la noche.
Rememoró los sucesos de aquella tarde que lo llevaron a donde está ahora.
Una simple reunión, ONU lo había llamado a su oficina, parecía estar molesto, el chileno se preparó mentalmente para cualquier regaño salido por su boca. Tocó la puerta y entró cuando le dio luz verde para avanzar.
- Buenas tardes señor Chile - saludó con una fría mirada desde su escritorio, sus dedos entrelazados a la altura de su mentón, y con ese tono de voz que hundiría a cualquiera en el mismo infierno.
- No me llame señor, me hace sentir viejo - con una voz temblorosa, trató de alivianar el ambiente.
- No estamos para estupideces - lo miró desafiante, una gota de sudor pasó por la frente del contrario - usted a sido llamado aquí por el incumplimiento a la orden impuesta el día de..
- Si me hablas de ello que tengo que hacer, olvídalo, ¡no lo haré y punto! - interrumpió molesto y cruzando los brazos.
- ¡¡Tienes que hacerlo!! No te puedes seguir negando, debemos hacerlo por el bien de todos - estampó su mano sobre la fina madera de su escritorio, el chileno solo lo miró con una mueca de indignación, se negaba a tener que interactuar con países lejanos para encontrar a si "disque" destinado.
- No puedes obligarme.
- Ese es el maldito problema - dijo en susurro, aunque fue audible para los oídos del contrario prefirió mantenerse al margen para no causar más histeria. ONU se hundió más en su silla, parecía que había vuelto a fallar con su cometido.
- ¡¿Y que propones que haga?! ¿Ir y acostarme con todos hasta ver quién tiene una marca? - aún con sarcasmo en su voz, en su interior deseaba que su superior deje de mirarlo así de afligido - No podras hacerme cambiar de opinión, yo AMO a Argentina. Eso no va a cambiar.
- Sabes que problemas nos puede traer que estés con alguien que no sea tu destinado, y aún así sigues haciéndolo - suspiró derrotado - solo trata de que no sobrepase la línea de novios y mantenlo en secreto - dijo mirando sus papeles.
- Gracias ONU.. - le dijo con una sonrisa, nuevamente era salvado por él, siempre se había encargado de mantener todo oculto desde que se enteró de su relación.
- ¡Ya lárgate! - gritó al ver que el chileno se le acercaba para brindarle un abrazo. Él cual salió despavorido hacia la puerta después de ello - y una cosa más - volvió a levantar la mirada junto con la del chileno - hoy en la noche, a las orillas del mar, en la zona privada de Antofagasta, te espera alguien..
- ¿Se podría saber quién? - preguntó con una sonrisa de lado.
- No, ahora lárgate.
- Pensé que nunca vendrías - Parpadeo para volver a la realidad, esa voz lo sacó de sus pensamientos, se dio la vuelta para toparse con el rostro del tricolor que tenía su mirada fija en las olas.
Abrió grande sus ojos, no había visto al boliviano después de tanto tiempo, desde aquella vez; las reuniones a las que se supone que tendría que ir él siempre se presentaba su hijo "La Paz", se volvió una costumbre que le preguntará como estaba el boliviano y que él repetía "Cuando éste listo, vendrá".
Parecía un sueño, después de tanto tiempo aún seguía tan deslumbrante como aquella primera vez, bajo las penumbras de la noche podía ver su resaltada belleza.
- Cuanto tiempo Chile.. - rompió el silencio y dirijio su mirada a él con una sonrisa, su cabello bailaba al compás del viento, sus ojos se iluminaban con solo chocar con el contrario, parecía perfecto, o eso pensaba Chile - me alegra verte.
- ¿B-Bolivia? - apenas artículo sus palabras.
- El mismo.. - río y se acercó al chileno - quería disculparme.. tanto tiempo evitandote por un tonto capricho, pero..
El chileno se lanzó para abrazarlo, el boliviano podía escuchar sus sollozos, quedó petrificado - Bolivia, ¡Perdóname! ¡perdóname, perdóname, perdóname... ! Soy un idiota.. - ¿cuánto tiempo había esperado para decírselo? se sentía un estúpido. Bolivia enredó sus dedos sobre su cabello.
- No llores, no vine hasta aquí para verte llorar..
"Es irónico" pensó el chileno, puesto a que el boliviano le pidió que se vieran en uno de sus terrenos perdidos. Solo se dejó llevar por las caricias del contrario antes de formular alguna pregunta.
El boliviano lo miró con empatía, dejó que el chileno se desahogase como un niño pequeño sobre su pecho, hasta que el sueño se apoderó de su cuerpo, después de todo, ya era muy tarde para seguir manteniéndose despierto.
- No te preocupes mi chilindo... - dijo el boliviano al chileno recostado sobre sus brazos, con el peso, Bolivia se sentó sobre la arena aún con el cuerpo del chileno inerte. Sacó la aguja que clavó en el brazo del contrario, para luego seguir acariciando su rostro - todas esas lágrimas no son ni lo más mínimo para comprar mi perdón...
El boliviano se acercó al cuerpo adormilado, o decir, drogado, para darle un sutil beso en los labios - está va ser mi.. venganza..
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MI VENGANZA (Chibol)
FanfictionBolivia decide vengarse del chileno por acontecimientos marcados en su pasado; enamorándolo para así controlar aquellos sentimientos inestables y hacerlo sufrir, como una vez el chileno se lo hizo a él. Una misión difícil, puesto a que aquel roba ma...