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Narra Seoyeon.

Antes de volver a Seúl, decidí —junto a Jimin— pasar por la casa de la tía SooMin y mis primos para saludarlos antes de irme de Daegu. Después, hice otra parada en la casa de mis abuelos para despedirme de ellos. Hubo muchas lágrimas y nos decíamos que ya íbamos a volver a vernos, pero ninguno sabía cuándo. 

Durante todo el viaje, había aprovechado dormir las horas que nos quedaban para llegar a casa. Ya cerca de Seúl, me quedé despierta porque me dolía la cabeza para volver a dormir, y para hablar con Jimin porque lo había dejado solo la mayor parte del viaje. Él, en la mañana antes de salir, dijo que que quería poner en marcha el camino a las 10 a.m. pero era demasiado temprano para mí.

Y aquí estaba ahora, en la puerta de mí casa despidiéndome de mí novio, aunque ninguno de los dos quería dejar al otro.

—¿Sabes? Ya te estoy extrañando— comentó Jimin, apoyado en el auto mientras me veía sacara mis maletas de la parte trasera del auto.

—¿No te bastaron pasar esos cinco días conmigo?— bromeé, sonriendo.

—No— respondió, moviendo la cabeza de una lado a otro, sonriendo. Reí y me acerqué a él y lo abracé. Jimin me rodeó con sus brazos y con una de sus manos acarició mí vaneza.

—Jimin, tengo que irme— murmuré, besando su mejilla. 

—Está bien.

—Mañana nos vemos, saldremos con los chicos, así que no me extrañes— le guiñé un ojo y empecé a caminar hacia la puerta de mí casa.

—¿No puedo llevarte conmigo?— preguntó alzando un poco la voz, ya que no estaba cerca suyo.

—Adiós, cielo— sacudí mí mano y lo vi tirarme un beso antes de entrar a mí casa.

Cuando cerré la puerta de mi casa y dejé mis bolsos en el suelo, escuché un cascabel que venía de la cocina. Mire para todos lados, con rostros confundido, y vi un gatito blanco con algunas manchas cafés saliendo de la cocina. Caminé hacia él mientras soltaba varios chillidos y lo tomé en brazos.

¡Es adorable!

—¿De donde saliste?— pregunté, frotando su cabecita contra mí mejilla. Me alejé un poco de él y besé su rostro.

—Hola, hija— escuché la voz de papá detrás nuestro. 

—Hola— dejé con cuidado al gato en el suelo y me giré para abrazar a papá.

—¿Cómo estás? ¿Cómo la pasaron? ¿Cómo estan todos?

—Estoy bien, y la pasamos genial— respondí, sonriendo —¿Te acuerdas cuando te conté que, en un viajes escolar, fuimos a un bosque, fuera de la ciudad? ¡Estuvimos allí!. Fuimos a la casa de los abuelos, y a la de SooMin. ¿Te acuerdas de los amigos de Jinyoung y también míos? También nos reunimos come ellos. Estuvimos en el restaurante que íbamos con mamá y a la pista de patinaje que está a lado— conté. Me tomé un rato para respirar y seguir hablando —Los abuelos y la tía SooMin, con mis primos, mandan muchos saludos.

—¿En serio?— preguntó emocionado, con sus cejas alzadas. 

—¡Sí! También, te traje algo de allí— respondí. Alcance mí valija, la abrí y busqué, bajo toda mí ropa, en donde había dejado el regalo de papá. Cuando lo tuve en mano, se lo entregué. 

—Gracias, hija— abrió la bolsa y sacó el regalo: era un suéter con un dibujo de la ciudad de Daegu con el nombre de la ciudad bajo el dibujo. Me rodeó con los brazos y yo correspondí su abrazo.

—Ahora, mí turno de preguntar: ¿De dónde sacaste al gatito?— señalé al animalito.

—Lo encontré cuando volví de trabajar, en una caja durmiendo con frío. Entonces, lo entré a casa y me lo quedé. Sé que te gustan los gatos, por eso también lo entré— respondió, encogiéndose de hombros. Me agaché en el suelo y tomé al gatito en brazos.

—¿Le pusiste nombre?

—No, te esperé a ti para que lo hagas— respondió, con las manos guardadas en los bolsillos.

—Te llamaré Félix. Y el abuelo —papá— también— murmuré besando la orejita del gato. Lo escuché soltar una risa.

—¿Tienes habmbre, hija?

—No, estoy bien, comí en la vuelta— respondí, caminando hacia las escaleras. Tenía pensado subir a mí habitación para descansar del viaje, porque fue muy incómodo dormir en los asientos del auto —¡Iré a dormir!— exclamé, subiendo las escaleras con el gatito en brazos. 

Cerré la puerta de mi habitación y encendí las luces led que tenía en el techo para no encender la de arriba que era más potente. Las puse en color violeta, dejé el control en la mesita de noche y me acosté en la cama con el gatito aún en mis brazos. Mi celular empezó a vibrar, lo saqué de mi bolsillo trasero y miré la pantalla: era Jimin.

¿Ya me extrañas?pregunté sonriendo. En una mano tenía mi celular y en la otra seguía acariciando la cabeza del gatito, que parecía que ya se estaba durmiendo.

No sabes cuanto— escuché la risa de mí novio del otro lado de la línea.

¿Sabes? Ahora no estoy sola— bromeé, con voz divertida, refiriéndome a mí gatito.


Espera, espera, ¿Qué? ¿Con quien estas? en la voz de Jimin pide notar un poco de celos y preocupación.

Cielo, sabes que bromeo. No pienses en eso. ¡Tengo un nuevo gatito!exclamé. En este mismo momento, tenía ganas de abrazar a Jimin para no soltarlo.

¡Aw! respondió —Sabes que nadie puede ocupar mi lugar.

Jimin, tranquilo— reí —Mañana, cuando pases a buscarme para ir con los chicos, te besaré y abrazaré— respondí riendo.

¿Sabes? Empiezo a sentir un poco de ceslos de ese gato— bromeó y, después, soltó una risa. 

No hace falta que estes así.

Mañana cuando te vea, te abrazaré bien fuerterió.

Esta bien, aunque sabes que si vinieras ahora, también te abrazaría— dije.

Ahora no podré ir, estoy demasiado cansado. Pero, si no estuviese cansado, en este mismo instante estaría agarrando las llaves del auto para ir por tidijo, se le notaba que estaba demasiado cansado porque su voz era ronca.

Esta bien, ve a dormir. Te amo, cariñome despedí de él.

Yo también te amo, Seo. Adiós— dijo antes de cortar la llamada.

Yo también me encontraba demasiado cansada. Dormí durante el viaje, pero los asientos del auto de Jimin no eran tan cómodos como el colchón de mí cama. Me acomodé bien, puse a Félix de una manera para que yo mientras duerma no lo aplaste y cerré mis ojos.

——🦋——

¿Tienen mascotas?

Editado: 27/07/2021.

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