Aquella noche ambos habían dormido como un bebé. Esta vez durmieron Dave y Ohsi debajo, por que querían alargar más la noche, mientras que por otro lado, Edith y Jerak querían irse a dormir pronto.
Simplemente durmieron en el mismo espacio, pero cada uno en sus respectivos sacos de dormir. Ni si quiera hubo una conversación más allá de un "Buenas noches".
Aunque Edith si que había notado, que esa noche había dormido tan bien que hasta se le había caído la baba, y hacía tiempo que no lograba dormir así, cosa que la noche anterior con Ohsi, no le pasó.
Pero esta vez si que se acordaba un poco de lo que había soñado, así que nada más despertar, bajó y lo anotó en su libreta de sueños. Había soñado con su niña interior.
Ese día les tocaba escalar unos bloques. Para eso tuvieron que ir hasta unas montañas cercanas, subir por estas hasta llegar al sitio indicado. Edith iba la última, lo prefería a sentir la presión de tener que ir más rápido sin ver bien donde pisaba para no caer por que llevaba a gente detrás.
Seguía pensando en el sueño que había tenido, y cuando volvió al momento presente, bajó la mirada, y ahí estaba, una pequeña pero hermosa pluma blanca.
La cogió y se quedó mirándola unos instantes, recordando lo que le dijo su amiga Noah sobre las señales. "Cuando ocurra, lo sabrás" la voz de su amiga resonó en su cabeza.
Una enorme sonrisa se dibujó en sus carnosos labios y la guardó con cuidado en el bolsillo de su chaqueta, ya que no tenía muchos más sitios donde dejarla a salvo.
Una vez llegaron todos se acomodaron y se empezaron a preparar antes de empezar a escalar las respectivas piedras.
Edith dejó su mochila en el único sitio que vio y sacó su manta de picnic acomodándola en el suelo.
Se sentó en una esquina de la manta y empezó a quitarse los zapatos para ponerse los gatos, con los cuales debía escalar.
- Venga Wave, que ya estamos.
Una voz que la castaña no reconocía apareció de repente cerca de donde estaban y su curiosidad la hizo girarse para ver de quien se trataba.
De nuevo los ojos verdes y expresivos de Edith volvieron a ser protagonistas de la escena.
Recordó el sueño que había tenido esa noche, había soñado con su niña interior, sabia que los sueños, al igual que lo de la pluma, había sido cosa de su guía espiritual, ahora debía ir sacando poco a poco sus propias reflexiones y conclusiones.
El padre de la niña saludó a Edith amablemente a lo que ella respondió con una sonrisa igual de agradable que él, y la pequeña niña se quedó mirando a la castaña unos instantes antes de empezar a acercarse a ella con una mezcla de precaución y diversión.
Los ojos de la niña le transmitían ternura, inocencia, y familiaridad. Eran grandes pero rasgados, y de un color marrón muy bonito. La mirada de ambas conectada jugaba como si las dos fueran igual de pequeñas y se entendieran a la perfección sin hablar, a lo que todo esto, estaba siendo perfectamente captado por Jerak, que mientras todos andaban en sus cosas saludándose y hablando, él no le quitó ojo a la escena por unos instantes, las miraba como si pudiera comprender lo que estaba pasando, pero siendo un mero espectador.
La niña finalmente se acercó del todo a Edith y se sentó a su lado, mirándola expectante, como si supiera que jugaría con ella y la entendería en todo momento.
- Wave, no molestes a la nena.
Le dijo su padre de forma cariñosa, se levantó para coger a la niña pero Edith intervino de inmediato.
- No, descuida, de verdad que no me molesta.
Respondió la castaña amablemente. La niña volvió su mirada hacia Edith y le sonrió de manera cómplice y divertida.
Su tez era ligeramente morena, llevaba el cabello corto, en una graciosa melena escalonada y totalmente desaliñada de color rubio dorado, su nariz era pequeña y respingo-na y sus labios eran pequeños y carnosos, además tenía unas mejillas bastante grandes que a Edith le parecían más que adorables, en resumen, era tan mona que se la comería a besos, y la forma de sus ojos le resultaba familiar, lo cual añadía ternura a la niña de cierta manera.
- ¿Cómo te llamas?
Le preguntó a pesar de que ya había escuchado su nombre un par de veces pronunciado por su padre, pero quería que se lo dijera ella.
- Wave.
Dijo la niña sonriendo e inclinando ligeramente la cabeza, con una juguetona sonrisa dibujada en sus labios, le daba un poco de vergüenza, pero al mismo tiempo estaba cómoda, no era difícil notarlo.
- Wave, que nombre más bonito.
Respondió Edith con sinceridad, le parecía muy original. "Ola de mar".
- ¿Y cuantos años tienes?
Quiso indagar la castaña, aunque suponía que no podría tener más de tres como máximo.
- Dos.
Dijo la pequeña señalando el número con dos de sus deditos.
La mañana y buena parte de la tarde pasó rápido. Edith no pudo escalar tanto como le habría gustado, pero igualmente se lo pasó muy bien cuidando y jugando con Wave.
Alguna que otra vez pilló a Jerak mirando con una tontorrona sonrisa en la boca a pesar de haber estado a su aire escalando con los demás.
Ese día Wave la hizo llenarse de ternura, y sentirse en ciertas ocasiones como una niña pequeña.
Con la ayuda de Wave, conectó con su niña interior, y fue eso lo que le pidieron sus ancestros esa misma noche mientras dormía.
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La magia que hay dentro de ti
Fiksi RemajaEdith es una chica espiritual que parece haber encontrado su camino y propósito en la vida tras muchas dificultades. Jerak es una caja llena de sorpresas que se verá extrañamente conectado con ella. Juntos activarán su don oculto y recuperarán su p...