Aquel fin de semana pasó volando tanto para Edith como para como para Jerak. Habían tenido sobre lo que meditar, aunque Edith tenía tal vez más trabajo pues había descubierto muchas cosas, y había tenido que procesar e interiorizar toda aquella información y experiencias espirituales.
Además, quedaba un asunto por resolver.
La pluma que se encontró cuando fueron a escalar a la montaña, y que guardó en el bolsillo de su chaqueta, ya no estaba cuando llegó a casa. Y recordaba haber tenido mucho cuidado de no perderla en ningún momento, simplemente se esfumó.
Noah le ayudaría a resolver sus dudas.
Quedó con ella al día siguiente de llegar a su pueblo para ir a su casa. Noah le pidió que le contara todo lo que había pasado ese fin de semana, tenía un buen presentimiento al respecto.
- Voy a sacar las cartas y vamos a preguntar sobre la pluma.
Aunque la morena ya tenía una idea de lo que había podido pasar con ella, pero quería confirmarlo.
Noah era dos años más pequeña que Edith. Su tez era oscura y su cabello negro y rizado. Edith pensaba que siempre llevaba unas cejas perfectas, pobladas y definidas, a diferencia de ella. Era más baja que Edith, pero sin embargo la gente que no las conocía pensaba que Edith era más pequeña por su carita aniñada.
- Ya estoy aquí.
Dijo la morena sentándose delante de la mesa, encendiendo el incienso y barajando un poco las cartas antes de gastarlas. Las repartió en su mano, y se las acercó a Edith, que ya sabía como iba la cosa, así que preguntó por la pluma y sacó las cartas que debía sacar, dejando que su amiga las leyera a continuación.
- Vale, te cuento. La pluma te la dejó la mujer india para que la cogieras y la guardaras como hiciste, pero se esfumó como tu dices, por que te la quitó ella misma mas tarde. La pluma recogió tus miedos, y al quitártela desaparecieron con ella.
Edith sonrió maravillada, era magia. Siempre había creído en ella, desde pequeña, pero no fue hasta que creció más y se empezó a sumergir en el mundo espiritual que empezó a sentirla y a verla con hechos, aunque siempre había tenido magia en su interior.
- ¿Miedos? Yo pensaba que estaba bien.
- Lo estabas y lo estás, pero ya sabes que es una forma de hablar, lo que quiero saber es por qué.
Noah volvió a barajar las cartas y esta vez ella misma las sacó y las dejó sobre la mesa.
- Vale, aquí te dice que tus nuevos comienzos han llegado...
Se detuvo unos instantes y una sonrisa se dibujó en sus labios, cogió la última carta y se la enseñó más de cerca a Edith poniéndola cerca de su cara.
- Nuevo amor...
Leyó la castaña en voz baja.
- ¿Que significa?
- Significa señorita, que tu nuevo amor ya está aquí, y por todo lo que me has contado, voy a preguntar yo misma.
Volvió a sacar las cartas después de decir el nombre de Jerak y sonrió victoriosa.
- Lo sabía.
- ¿Qué?
Los ojos de la castaña se abrieron como platos.
- No puede ser, ni si quiera me gusta.
- Claro que puede, es más, es. Y todavía hay más.
Dijo señalando la última carta que había salido.
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La magia que hay dentro de ti
Dla nastolatkówEdith es una chica espiritual que parece haber encontrado su camino y propósito en la vida tras muchas dificultades. Jerak es una caja llena de sorpresas que se verá extrañamente conectado con ella. Juntos activarán su don oculto y recuperarán su p...