Las cosas en Seabrook han cambiado. Zed y Addison siguen siendo muy felices juntos, pero nuevos peligros amenazan a esta "perfecta" ciudad. Vuelven los problemas, vuelve el amor, pero ahora... ¡con lobos!
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Oír como sus pasos se alejaban fue un alivio instantáneo, que vino acompañado con un pequeño mareo por los largos minutos sin aire. Mi cuerpo aún no terminaba de acostumbrarse a las actitudes lobunas, pero ya había perdido el control total sobre estas. Odiaba cuando cosas así pasaban, era muy frustrante ser una mujer loba que no podía hacer nada en esas situaciones.
— ¿Ese no era...?
— ¿El que "dirigía" esta manada? Sí, ese es. —dije mientras me alejaba de él, una vez el mareo pasó.
— No puedo creer que en serio sean tan descuidados.
— ¿Y me lo dices a mí? Imagínate que hubiera pasado, si esto sucedía en nuestro territorio.
Era curioso pensar que a mí me dijeron descuidada por estar en Seabrook con Wyatt, cuando la ciudad era parte de nuestro territorio. Aunque si hacía memoria de la larga historia de los lobos, los entendía. Ellos pensaban que esa zona pertenecía solo a los humanos. Con eso reafirmaba que era lo más seguro que teníamos... al menos en lo que a otros lobos se refería.
— Willa hubiera acabado con ese intruso. No le hubiera importado lo que dijeras.
— Extraño a la manada. —dije apoyando mi cabeza en su hombro.
— Y nosotros a ti. Es triste pensar que en un rato tendré que regresar.
— Genial... —le dije sarcástica, a lo que él empezó a reír.— Ustedes están con la manada, y yo aquí, aburriéndome.
— Podrías concentrarte en encontrar la piedra lunar
— Hecho. —dibujé un visto bueno en el aire, luego tomé su brazo y empezamos a recorrer los túneles. Nos perdimos un poco, pero al final logramos llegar a la piedra lunar.
— Awo... —me miró asombrado.— Ahora tendrás que encontrar otra cosa que hacer. Es increíble que ya tengas tanta información en poco tiempo.
— Eso me confunde un poco, en realidad. Fue demasiado sencillo de encontrar. Solo pregunté dónde estaba y me trajeron aquí. —dije mientras veía como parecía estar inspeccionando cada centímetro de la piedra lunar.— Incluso con ustedes tardé más en entenderlos.
— Supongo que podemos asociarlo a que has estado estudiando sobre nosotros en los últimos meses. Además, uno de los talentos de los alfas siempre ha sido la observación y el análisis. —esas palabras me llevaron directamente a pensar en él y su hermana. Willa era todo lo que a uno se le venía a la mente cuando decían la palabra "alfa": liderazgo, acción rápida y ferocidad. Wyatt no era así, pero sí todo lo que pasaba desapercibido para los demás en un alfa: dedicación, altruismo... análisis...
— Serías un buen alfa. —él se giró lentamente hacia mí, dándome una mirada bastante calmada.
