IV

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No comprendía del todo lo que estaba pasando, veía como Sheila movía las manos rápidamente mientras decía cosas, a Tyler peleando junto a Josh contra Abalám y a Louisa llorando y gritando muy fuerte.

Josh y Tyler iban ganando hasta que el demonio empezó a quemar el bosque con esas llamas frías.

Ahí fue donde Josh detuvo su combate dejando a Tyler solo contra el demonio ya que tenía que apagar la fogata que había montado.

Sheila cogió un libro y empezó a leerlo rápidamente mientras Louisa me apretaba el pecho con sus frías manos.

Al cabo de unos segundos empecé a ver una luz oscura que venía de una de las partes del bosque y otra luz muy clara qué venia del lado contrario.

Ambas luces me llamaban con tentadoras propuestas. Una de ellas me proponía libertad y la otra poder.

Decidí no prestar atención a las tentadoras propuestas que me hacían ya que no quería dejar a mis amigos tan pronto.

Poco a poco deje de verlos ya que me estaban llevando a otro lugar diferente, había un señor con una gran bata blanca, sentado en medio de un desierto junto a una balanza.

Me acerque para ver que decía.

Hola, ¿Dónde estamos?-Pregunte confundido.

En el más allá. Necesito pesar tu corazón.-Dijo el señor seriamente.

Cuando acerco su mano a mi pecho esta empezó a arder y entre soplos intentando apagar su mano dijo.

¿Eres James? El hombre lobo de South Hills.-Dijo mirándome con cara de horror.

Si, ¿ocurre algo?-Dije preocupado por el señor.

Si, que tu no deberías estar muerto. ¿Qué ha pasado?-Dijo apartando la balanza.

Pues estábamos intentando desterrar a un demonio y...-Se lo explique todo pero el señor parecía no prestarme atención así que deje de contarle mi vida.

Y... ¿Estoy muerto?-Pregunte al señor para que reaccionase.

Sí, pero aún no ha llegado tu hora.-Dijo mirando un reloj de oro puro que saco de uno de sus bolsillos.

¿A qué te refieres?-Pregunte viendo una oportunidad de volver a la lucha.

Aún te faltaban muchos años hasta que te llegue tu hora. ¿Quién te ha matado?-Preguntó acercándose a mí.

Pues fue un demonio.-Dije siendo interrumpido por el señor.

¿Abalám cierto?-Dijo dándome una flor negra.

Sí, ¿qué es esta flor?-Pregunte acercándomela a la nariz para olerla.

Pues a mí me gusta llamarla la flor de la muerte. Si estas vivo y la hueles te mata, pero si estás muerto y la hueles vuelves a vivir. La utilizo para la gente a la que no le llegó su hora pero aun así murió.-Dijo levantándose de la alfombra.

Gracias...-Espere a que me dijera su nombre para poder agradecérselo como es debido.

Thot, mi nombre es Thot.-Dijo arrodillándose ante mí.

No es necesario Thot, muchas gracias por su ayuda.-Dije entendiendo que estaba ante un dios.

Olí la flor y de golpe aparecí en el campo donde me habían acostado, junto a Sheila que estaba llorando de alegría al verme vivo.

Me levante y vi como Tyler ya no podía luchar más así que llegue y le sustituí.

Note en la cara a Abalám un rostro de horror e incertidumbre.

Estabas muerto.-Dijo el demonio con un tono de incertidumbre.

Ahora estoy vivo.-Dije yo con un tono burlesco.

Instito IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora