Cuando el demonio decidió atacar con una de sus bolas de fuego me transforme y empecé a esquivar todas las bolas teniendo aún más cuidado que la última vez.
Al ver que el demonio se cansaba le pedí a Josh que me invocara una trampa de Aqueronte, una especie de capsula demoniaca que podía retener a cualquier demonio. Según Thot podría funcionar a la perfección con Abalám ya que no era un demonio de los más fuertes, más bien uno de los medios.
Lo que le pedía a Josh era muy fuerte y él lo sabía por lo que me miro y dijo:
Yago, ¿seguro que no te vale alguna otra cárcel? No sé cómo ¿un frasco o una carta?
No. Solo haz lo que te pido.-Dije empezando a sentir que perdía el control de la situación.
Vale.-Dijo Josh poniéndose a conjurar como loco para sacar de la nada una trampa de Aqueronte.
El demonio, asustado, empezó a atacar con sus ataques heladores a Josh, aunque yo le defendía todo lo que podía y más notaba que no podía con la situación.
No lo sacaras, antes de que lo consigas la energía del conjuro te consumirá.-Dijo el demonio cargando lo que parecía un ataque de los fuertes.
Yo notaba como el calor de cuando me transformaba era abrasador, muchísimo más de lo que era lo normal.
Cuando a Josh le quedaba muy poco para el traer el objeto notaba como iba decayendo, pero llego Louisa y le hipnotizo como ya lo había hecho mucho antes, parecían uno solo, cada movimiento que hacia Louisa lo hacia Josh y cada palabra que hacia Louisa lo decía Josh, era totalmente su juguete.
Cuando Abalám lanzo el ataque que estaba cargando me puse en medio de ellos justo a tiempo para que no les impactara, recibí todo el golpe pero no lo sentí, el calor que despendí lo freno de golpe pero note como mi temperatura bajo radicalmente.
Aprovecha que está cansado.-Dijo Tyler lanzándome la trampa de Aqueronte que Josh había conseguido invocar justo a tiempo.
La abrí y Josh empezó a decir el conjuro de destierro que Sheila le estaba diciendo. Pero no funcionaba.
Allison que estaba aún en shock por verme resucitar empezó a repetir las palabras de Sheila por intentar algo, y poco a poco empezaba a elevar la voz.
Sheila mando callar a Josh y empezó a animar a Allison a que dijera el hechizo en voz alta.
Ego, Allison, exilium ut Paimon.-Dijo Allison repetidas veces cogiendo la trampa de Aqueronte.
Yo de mientras fui a recoger a Josh del suelo, ya que del agotamiento se había desmayado.
Gracias amigo, y perdón por pedirte demasiado.-Dije abrazándolo.
Tioooo, estas congelado.-Dijo despertándose de golpe.
Justo ahí nos reímos un poco hasta que oímos un golpe fuertísimo.
Era Allison que consiguió encarcelar a Abalám para siempre en la trampa de Aqueronte.
Mire a Sheila y la pregunte:
¿Cómo es posible que haga eso?
¿Sabes de donde es?-Pregunto con una mirada brillante en el rostro.
Por lo que tengo entendido su familia de acogida es francesa. Pero me suena que me dijo algo de Salem.-Dije des transformándome.
Si lo es podría ser un peligro, y un milagro tenerla como aliada.-Dijo mirándome a los ojos. Yago, ¿No sabes a quien tienes enfrente?-Dijo agarrándome de los brazos.
Pues no, no lo sé.-Dije asustándome.
Podría ser la última bruja de Salem, el aquelarre de brujas más antiguo y poderoso de toda la historia de la magia.-Dijo asombrada.
Allison se acercó a Sheila.
¿Qué ha sido eso?-Pregunto flipando.
Has sido tú, no eres humana.-Dijo Sheila acogiéndola con un gesto de cariño.
¿Y si así soy yo porque no sabía que podía hacerlo?-Pregunto levantando la cabeza.
Porque nadie te puede explicar lo que eres. Eres la última de las brujas de Salem.-Dijo Sheila mirándola con cara de orgullo.
Está bien.-Dijo dando a entender que no entendió nada.
Allison, eres la única bruja de Salem del mundo, literalmente tienes todo el poder de todos tus antepasados.-Dijo Sheila aclarando las dudas de Allison.
Y que debo hacer para aprender más si soy la última bruja según dices.-Dijo Allison con una intención muy visible.
Tendrás que leer, practicar y hacer algún que otro sacrificio.-Dijo Sheila cogiendo una hoja de verbena de su mochila.
¿¿¿¿¿¡¡¡¡Sacrificios!!!!?????-Dijo asustada.
Tranquila, era broma, solo tendrás que leer, estudiar y practicar muchísimo.-Dijo entre risas Sheila. Josh te podrá ayudar en algún aspecto, al fin y al cabo ambos sois hechiceros.-Termino de decir a la vez que saco un frasco de cristal azul con otra planta.
Tyler y yo estábamos llevando la trampa de Aqueronte con pies de plomo hacia Sheila para que ella lo guardara ya que nosotros la podríamos romper facilísimo y es lo que menos nos apetece, volver a aguantar a ese demonio.
Sheila, ¿para qué son esas plantas?-Dije curioseando.
Son para ti, para que no vuelvas a jugar con demonios, la verbena los mantendrá alejados y en este frasco hay algo para ti Tyler, son unas galletas mágicas hechas con las flores de unos amigos del pasado. Es flor de Loto, de los comedores de Loto, intenta que la mayoría de la comisaria la coma, conseguirá que olviden el asesinato por el que te buscan.-Dijo Sheila dándonos las flores y yéndose.
¿Pero a dónde vas?-Dije cabreado por lo de la verbena.
Tengo cosas que hacer.-Dijo sin siquiera girarse a despedirse.
Josh se fue con Allison y Louisa en cuanto se recuperó y Tyler y yo nos volvimos a quedar solos, cosa que aprovechamos.
Tras unas horas disfrutando del cuerpo de Tyler me dio sueño así que espere a que él también acabara para dormirme encima de su pecho.
Estaba calentito y achuchable, parecía como si estuviera durmiendo encima de un oso.
Solo que era un oso fuerte y moreno. Justo cuando me iba a dormir le escuche decir.
Menos mal que todo ha acabado, quería pasar mucho más tiempo contigo. Te quiero mi lobito.
Eso hizo que me sonrojara y que Tyler me apartara de encima suyo ya que le estaba quemando el pecho. La marca de la quemadura tenía la forma de mi rostro y cuando dejo de quemarle nos empezamos a reír.