Ya este es el último año de mi carrera y de igual forma no siento emoción, estudio para no ser una inútil y llevarle un título a mamá, pero al terminar la carrera trabajaré con Alyha en el Skull tattoo and piercing, ya que soy un poco buena con los dibujos y cosas así, aunque debería reforzarlo si pienso trabajar como tatuadora, ya que no he dibujado desde hace un montón. Me levanté a tiempo para irme a la universidad gracias a Allisson pues el día que llegó de México antes de dormirnos, en nuestra charla de horas le comenté que siempre llegaba tarde a la primera hora porque nunca escuchaba el despertador debido a que me dormía a altas horas de la noche, entonces Allisson dijo que eso no pasaría más, que a partir de ahora ella sería mi despertador, uno re intenso. Se lo agradecía aunque sabía que Allisson era bien exigente con eso de los horarios y por esa razón se que no tendría compasión conmigo y si de bañarme con agua fría se tratase para despertarme, ella lo haría. Había pasado una semana exactamente y ya tenía una que otras actividades asignadas, pero como era costumbre las haría un día antes de entregarlas, Miller y yo nos mudados a casa de Alyha temporalmente para pasar más tiempo juntas y sería hasta que Miller consiguiera un apartamento para ella. Decirle a mi mamá que me vendría para acá no fué algo fácil pero tampoco muy complicado, solo me advirtió unas cosas, que me cuidara y no hiciera nada malo, pues mi mamá se angustiaba un poco por el hecho de que Alyha hacía muchas fiestas, se relacionaba con personas que a los ojos de los demás eran delicuentes y escuchó rumores de que Alyha fumaba hierba, cuando se enteró de ello mi mamá me cuestionó y me prohibió acercarme a Aly pero yo hice caso omiso, ella ni nadie elegiría mis amistades y menos me alejaría de la única persona que consideraba mi amiga en el mundo, en ese entonces Allisson no estaba en Buenos aires y solo éramos Aly y yo.
Llegué temprano a la universidad, muy temprano diría yo. -Gracias Miller. -pensé. -Me adentré al aula de una buena vez para esperar que llegara el profesor de literatura. Por obvias razones el aula estaba vacía así que me senté donde mejor pareció. -Justo allá, en el último asiento del rincón está perfecto. -dije a mis adentros y me dirigí hasta allá.
Pasaron alrededor de 30 minutos para que la primera hora de clases comenzara. Los estudiantes comenzaron a entrar y cada uno tomaba su respectivo asiento, yo solo los veía sin expresión alguna y sin ningún interés. Todos eran unos fresas re pelotudos que creían tener el mundo a sus pies por ser unos cara bonitas. Todos excepto el último chavo que entró al salón, el chavo de la pelea y el que ocasionó mi caída el primer día de clases.
Solo quedaba un puesto vacío frente a mí, de inmediato supe que aquél chico lo tomaría, dió unos pasos hasta el asiento y chocó con mi mirada, en sus ojos se miraban algo de vergüenza, quizá por lo sucedido aquella vez. Yo solo esquivé su mirada y puse los ojos en blanco. Que no fuera un engreído como todos los demás no significaba que sería de mi agrado, además... aún no sabía cuál era su verdadero nombre. ¿Harry? ¿Mathías?, Que más da.
El profesor dió inicio a la clase luego de dar una reflexión sobre un poema y de leer el prólogo de una novela que pronto nosotros tendríamos que leer y responder un cuestionario sobre esta. Yo sólo escuchaba lo que decía el profesor ya que la silueta del sujeto que estaba en frente de mí era tan alta y un poco robusta que obstaculizaba mi visión a donde se encontraba el profesor, no le di importancia porque no me interesaba verle el rostro a aquél viejo, con poder escuchar lo que decía era más que suficiente, además tampoco le hablaría a el sujeto frente a mí solo para que se hiciera a un lado, mientras menos interactúe con los pelotudos del aula, mejor.
La primera hora pasó rápido, tanto que aún sentía que eran las 8:00 a.m.
-No olviden leer la novela de Julio Cortázar .... -dijo el profesor al dar por culminada la clase.
Todos a pasos rápidos salieron del aula, yo me di la vuelta para meter cuadernos y otras cosas en mi mochila, solo dejé afuera un libro que era tipo una guía para tatuar porque le echaría un ojo en la cafetería y así ir descubriendo más técnicas. Al tener todo excepto el libro de tattoo en mi mochila me di la vuelta para salir de allí, para mi mayor sorpresa choqué con alguien por segunda vez desde que comencé la univerdad. Él se levantó justo en el momento que di la vuelta, al parecer también se quedó recogiendo sus cosas. El impacto hizo que mi libro cayera al piso y yo estampara mi cachete a su espalda cubierta por una playera azul marino ajustada a su cuerpo. Éste al sentir el golpe en su espalda se dió la vuelta y su rostro no fue otro que de impresión y verguenza y gritaba "Tragame tierra".
ESTÁS LEYENDO
Mi Tormento
أدب المراهقينDicen que el amor puede con todo, pero...¿Alissa podrá con el amor y con todo?