"Malas personas"

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Ese fue el día más largo, dos personas siendo víctimas de una manipuladora mujer y un psicópata niño rico, Eliza tuvo que aguantar las agresiones del rubio durante el día, siendo incluso que su madre veía lo violento que podía ser, su padre no podía hacer nada ya que sabía que sería peor. Estaban en la sala de juego, Margaret y Michael tenía una partida de billar mientras los otros dos tenía la mirada perdida.

-¿Porqué la cara larga, Eli?

-No me llames así.

-Hablale bien a tu prometido.

-Yo no he dado mi bendición- dice el padre cansado.

-¡Pues tendrás que dársela! Él es perfecto para nuestra niña.

-¿Perfecto?- la gota que derramo el vaso -¡¿En qué mundo esto es perfecto?!

-No me alces la voz, Eli.

-¡¿En que maldito universo el que tu marido sea un agresor y asesino es perfecto?!

-¡Oye!...- Michael la agarra -no te arriesgues.

-¡Lo único en riesgo aquí es mi hijo, que probablemente ya se fue por la ventana por miedo que lo vuelvas a atacar!

Un golpe se escucha en el cuarto, Eliza cae impactando contra el suelo, Richard se acerca para ayudarla, sus contrarios solo mostraban victoria en sus rostros, padre e hija se fueron al cuarto de la chica y se encerraron ahí. El mayor trataba de calmar sus lágrimas, siendo que era lo único que podía hacer por el dolor que le habían causado en un día.

-Lo lamento...

-No te disculpes... ella es la que hace esto.

-Pero no estarías sufriendo si no me hubiera casado con ella... soy tan culpable como ella.

-Ni digas eso... tú no sonríes por mis lágrimas, estuviste orgulloso al ver como me iba de casa.

-Y mirate, le diste hogar a un niño y cuidaste de él por tu cuenta...

-Pero ya no lo veré de nuevo...

-¿Porqué dices eso?

-Cuando le llevé la cena... solo estaba el muñeco... tal vez Brahms se lo llevó para ponerlo a salvo...

-¿Quién es Brahms?

-Él fue quien cuido de nosotros desde que llegué a esta casa... es mejor no dejar que lo sepan.

-¿Porqué?

-No se permiten invitados.

-¡Richard!- llama la mujer subiendo las escaleras.

-Debo irme, pero descuida, no sabrán sobre él.

-Gracias.

El hombre salió por la puerta y cerro detrás de si, dejando a la chica sola en la cama, lloraba desconsoladamente en su cama, escuchando como posiblemente su madre trataba de tener algo con Michael o su padre, esa era una mujer demente. La extraña situación se corto cuando uno de los tres salió del cuarto y cerro la puerta para luego irse abajo, para luego solo escuchar discusiones, cosa que la alivió un instante.

-¿Eli?- se escucha la voz de un niño.

-¿Brahms, eres tú?- su voz temblaba.

-Eliza, ¿Qué paso?

-No te preocupes, no es algo que no haya soportado ya...

-No debí dejarte sola...

-No, tranquilo, yo fui quien rompió las reglas... no debía tener invitados y ahora debo recibir el castigo.

-Esto es más que eso...

-Solo... cuida de Thomas... dónde sea que lo ocultes.

-No temas... ya no te harán daño... pero trata de que no me rompan...

Eliza se acostó por un rato, hasta que escuchó que la llamaban a gritos, ella tomó al muñeco asustada, derribaron la puerta de una pata, Michael la agarro de la muñeca y la arrastro hasta la sala de juegos, donde ya esperaban sus padres. En los critales cerca del techo se veía un mensaje "morirán por lastimar a un ángel" y habían ratas muertas en la mesa de billar, ella estaba impactanda.

-¿Quién fue?

-No lo sé.

-No puedes mentirme, Eli- Michael la levanta del suéter.

-¿Fuiste tú, Richard?

-No, estaba contigo.

-Recuerda que puedo denunciarte con solo tener un golpe.

-Yo no lo hice y sé que tampoco pudo ser Eliza.

-¿Porqué tan seguro, anciano?

-A mi no me llames anciano, psicópata- Michael golpea al contrario.

-Ya basta- se acerca a su padre, de pronto le jalan el muñeco -¿Qué hacen?

-¿Porqué no sueltas este bobo muñeco?- su madre lo agita.

-Déjalo- iba a buscarlo, pero Michael lo agarra -por favor, denmelo.

-¿Qué tiene de especial?

-Es Brahms...- el padre mira a su hija y ella asiente -debes dejar el muñeco, ahora.

-Mm... no lo sé.

Él iba darles el muñeco, pero en un cambio, lo lanzó hacía Margaret, ella lo atrapa para luego dejarlo caer, haciendo que una parte del rostro ya maltratado se caiga, Eliza iba a recogerlo, pero Michael lo tomo primero. Él sacudió un poco el muñeco, las luces comenzaron a parpadear, pero el ignoró eso y volvió a lanzar el muñeco; los pedazos del rostro salieran en varias direcciones, la chica se acerca a lo que quedaba.

-¡¿Solo quieren verme sufrir, verdad?!

-Lo que quiero es que me hagas caso cuando se trata de lo que te conviene- se sienta en un sillón cerca de la pared.

-Solo era un muñeco.

-Al que llamas muñeco, me protegió después de lo que nos hiciste.

-Vaya que estás más loca que tu madre.

-¿Entonces que ganas con casarte conmigo?

-Alguien con quien acostarme gratis obviamente.

-Pues entiende que yo nunca me entregare a ti.

-Maldita per...

Se sacuden las paredes, estas temblaban con tal fuerza que una de las lámparas se cayó, el temblor se acercaba a la madre, pero ella no se movía pensando que era una broma o un truco para asustarlos y hacerlos correr. El movimiento se detuvo hasta llegar donde Margaret, todos con algo de extrañeza, aunque Eliza y Richard si estaban asustados.

-¡Ja! ¿Creen que eso es aterrador? Yo no creo tonterías como...- el mueble se sacude.

-¿Qué mierda?- dice Michael algo exaltado -¿Quién lo hace?

-No lo sé.

-¡No me mientas! Capaz es tu pequeño monstruo.

-¡Thomas es mas humano de lo que tú llegarás a ser!

Unas manos atraviesan la pared y jalan con fuerza el sillón, haciendo un gran agujero, solo se lograban ver los pies de Margaret que se movían violentamente, pero sus piernas dejaron de patear después de un sonoro "crack". El mueble fue empujado con todo y mujer, chocando la cabeza de la señora con la mesa de billar, Michael toma lo primero que vio para defenderse.

-¡¿Qué mierda es esto?!

-No puede ser...

-No se permiten invitados.

Niñera, Madre y ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora