Capítulo 35

230 22 0
                                    

Sabía que iba a venir, el dolor, las molestias, la tensión en los huesos y los músculos, pero despertar para algo que no había sentido desde que me secuestraron, era un tiro cegador de dolorosa realidad. Gemí mientras presionaba mi cara en el pecho de Harry y utilizaba su brazo como palanca para empujar hacia arriba. La alarma sobre la cómoda, decía que eran las siete en punto, pero apenas podía ver mientras mi visión rebotaba haciendo que los números rojos en la cara del reloj se volvieran borrosos y entrecruzados.

Harry se agitó debajo de mí y gimió, deteniéndose en medio de su estiramiento cuando sintió los dolores lanzarse a través de él, también.

—Gaaah... ¿________?

—Estoy despierta —dije sin aliento, pero mi brazo no me soportó más y caí de regreso contra su pecho patéticamente.

Me dio la vuelta y quedé boquiabierta por una fracción de segundo antes de que me levantara en sus brazos y buscara a tientas su camino a la puerta. La abrió y me llevó al salón. Tan pronto como pasamos el umbral al aire no contaminado, el toque sanador nos golpeó tan fuerte que ambos caímos contra la pared. Harry dejó que mis pies fueran al suelo, pero me cogió la cara entre sus manos y gimió cuando ambos sentimos la liberación de los músculos e incluso nuestras articulaciones de la espalda pareciendo estallar en su lugar.

Y podía estar en su cabeza de nuevo. Y él estaba enojado.

Abrí los ojos para ver por qué estaba tan molesto y me miró con el ceño fruncido. —¿Qué te pasa?

Gruñó las palabras contra mi frente mientras se apoyaba allí. —

¿Cómo pudieron hacerte esto sabiendo lo qué iba a pasar?

—Te conocen desde hace mucho y lo hicieron por ti —discutí.

Soltó un suspiró largo que se convirtió en un gruñido mientras pensaba en eso. —Estoy listo para que se termine esta semana. Estoy listo para llevarte a casa.

Me pregunté dónde estaba mi casa. Él oyó mi pensamiento y sentí el golpe de sus pensamientos mientras me bloqueaba. Empezó a abrir la boca para decir algo, pero la cerró rápidamente. —Vamos a vestirnos.

Bajé la vista hacia él y vi que todavía estaba en ropa interior. No podía dejar de sonreír, pero luego nos enfrentamos a una puerta abierta. Gran salió de su habitación, deteniéndose abruptamente al ver a su nieto en calzoncillos.

Esperé a que se sonrojara, o algo, cualquier cosa, pero sólo se quedó allí. Harry tosió incómodamente y me llevó delante de él. Era la primera vez que me había puesto delante de él para protegerlo. Por lo general, era al revés. Y entonces empezó el cacareo de Gran. Se echó a reír con tanta fuerza y señaló, incluso doblándose mientras lo hacía.

—Gran, vamos —se quejó Harry ante ella y luego inclinó la cabeza para mirarme cuando me eché a reír, también.

—Lo siento —le dije—, ¡pero es divertido!

—Harry —Gran reía y jadeaba—, dime que no caminaste todo el camino desde tu celda de esa manera y estaré bien.

Dejé de reír. —Sabías que estaba en una celda anoche... pero no te ves sorprendida de verlo aquí.

Escuché su pensamiento, sabía que iría a buscarlo. No se había preocupado por un segundo que tuviésemos que pasar la noche separados. La miré boquiabierta mientras guiñaba un ojo y se iba por el pasillo, sin dejar de reír.

Harry me tiró en la habitación y cerró la puerta rápidamente mientras encendía las luces. —Bueno, eso fue genial —dijo con sarcasmo.

—Estoy segura de que ha visto ese lindo trasero antes —le dije mientras iba a mi maleta—. Estoy segura de que cambió un montón de tus pañales.

Hizo una mueca. —No quiero pensar en ello.

Me reí más de él. Fue al baño y se puso su ropa. Sabía que tenía que ir arriba a ponerse algo de ropa real que no fuera la ropa sucia de la celda. Salió y se detuvo frente a mí.

—Voy a tener que tomar otra ducha. —Olió la camisa y arrugó la nariz—. Las celdas eran bastante asquerosas, pero voy a volver tan pronto como pueda. Deja que Rodney te acompañe, ¿bien?

—Sí, tirano —le dije con dulzura y besé su hoyuelo.

—Voy a tenerte consciente de que esto no es ser tirano — respondió en broma—. Si fuera tirano, tendrías que vestirte y luego venir conmigo. Creo que me va bastante bien, teniendo en cuenta.

—¿Teniendo en cuenta que?

—Que mi prometida puede patearme el trasero sin mover un musculo. Hace que uno se sienta un poco innecesario.

—Aww, y que lindo trasero que es —lo estimulé y sonrió a través de una falsa mueca—. Te necesito —le dije con seriedad—. Te necesito mucho, sobre todo esta semana. Especialmente hoy. Nunca creas que no te necesito.

Cambios (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora