Perdiste tú estatus de popularidad en tú escuela y de seguro estás:
a. Orgulloso. Ya era hora de dejar la falsedad atrás
b. Triste. Pensaste que lo tomarían de otra forma.
c. Avergonzado. No piensas volver a la escuela nunca más.
Cualquiera diría c.
Un nuevo día comenzaba. Pero una pelinegra se negaba a salir de su habitación. – Lisa, ¡sal de ahí! Tienes que ir a la escuela. – Prácticamente gritaba del otro lado de la puerta su padre, quien tocaba insistentemente, pero su hija se negaba a abrir la puerta.
– ¡No! – Gritaba desde el otro lado.
– Lisa, deja de comportarte como niña. Dime, ¿por qué no quieres ir? – Su padre ya no hallaba que hacer. Lisa nunca se había comportado de esa manera. Observó a su esposa que le miraba desde el pasillo. – Lisa, ¿Te hicieron algo tus compañeros? – Ante el silencio de su hija se preocupó. – Mi pequeña, si alguien te hizo algo dime. – Hablaba suavemente. – ¿Te intimidan?
– No voy a ir hoy... ¡Ni hoy ni nunca!
– Lisa. – Dijo suavemente su madre. – Esa actitud es muy inmadura. Si te pasó algo en la escuela debes afrontarlo.
La pelinegra del otro lado no hallaba que hacer. Ella sabía que sus padres no la dejarían ausentarse a las clases sin una razón que la justificara, y si les decía lo que pasaba le darían un regaño muy largo por negar lo que es. – De acuerdo. – Dijo al fin. Abrió la puerta para afrontar a sus padres.
– Lisa, ¿qué haces aún en pijama? ¿No has visto la hora? – Prácticamente gritó su padre. – ¡Alístate ya! Sin excusas. No permitiré que pierdas tú beca o una posible recomendación de tus maestros para la universidad por una tontería como llegar tarde.
– Sí padre. – Respondió sin aliento Lisa. Quien no tuvo de otra que correr a alistarse. En menos de quince minutos estuvo lista.
– Toma tú desayuno. – Dijo su madre cuando salió del cuarto, entregándole lo que parecía su desayuno empacado. – Tú padre ya se fue al trabajo. Estaba muy enojado contigo. Espero que más tarde cuando regreses de la escuela nos expliques lo que ocurre, ahora vete.
Sin más Lisa se fue lo más rápido que pudo a la estación del metro, que por suerte logró entrar en el vagón de siempre y no llegaría tarde. Mientras caminaba hacía la escuela ralentizaba su paso. Ella no quería ingresar, pero si no lo hacía estaría en problemas con sus padres y docentes y sería peor a la larga.
Entró a los casilleros y al abrir su casilla se encontró con la sorpresa de que no había un solo sobre. Desde casi el primer día de clases siempre había encontrado una carta con un poema o declaración de amor. Aunque ella siempre los ignoró fue extraño ver vació el pequeño compartimiento. – Y luego decían que me amaban. – Decía en un susurro para sí misma.
Vio acercarse a Sana como todas las mañanas, pensó que le coquetearía pero ella siguió de largo, como sí Lisa no estuviera allí. – "Eso tampoco me extraña". – Pensando en lo falsa que había sido su vida hasta ahora vio llegar a una Rubia, mirarla y sonreírle.
– ¡Hola Lisa! – Saludó efusivamente. – ¿Cómo va tú día?
– Mmm a pesar de todo bien.
Rubí dobló un poco su cabeza a un lado. – ¿Y eso?
– Pues, ya no hay citas en lugares alejados de la escuela para declaraciones de amor, cartas con poemas de amor eterno, ni chicas coquetas. – Lo último lo dijo viendo hacia el pasillo por donde iba caminando tranquilamente Sana.
ESTÁS LEYENDO
La diva y la princesa (PAUSA)
HumorUna es la princesa de la escuela, la chica perfecta y popular, la otra una perdedora más... o eso es lo que todos creen. Historia Original de : The Squirrel Writer Link:https://www.fanfiction.net/s/10892061/1/La-diva-y-la-princesa