𝓔𝓵 𝓐𝓭𝓲𝓸́𝓼 | 𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵𝓲𝔃𝓪𝓭𝓪

(っ◔◡◔)っ ♥ Capítulo II ♥

Ya en casa se dispuso a preparar todo lo que necesitaría. El Hokage le había dado un botiquín con todo lo necesario: Vendas, guantes, medicinas, desinfectante, pero ella siempre le gustaba agregar aquella pomada curativa de su clan.

Las lágrimas adornaban su delicado rostro, le dolía, claro que le dolía pero ya había Sido suficiente. Si Naruto había podido olvidarla tan fácilmente ella también lo haría y estaba segura que lo lograría. Se secó sus hermosas perlas, miró su equipaje y teniendo todo lo necesario se dispuso a salir, no sin antes darse la última mirada en el espejo.

Partió.

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Solo esperaba a su compañero, para poder salir a su misión. Tenía todo preparado llevaba un Bento extra para Sai, por qué así era ella, siempre pensando en los demás.

Pero ahora que recordaba, todo lo que sabía de aquel joven pálido y un poco extravagante en su vestimenta; era absolutamente NADA.

De no haber Sido asignado al equipo 7 para aquella misión dónde traerían a Sasuke de vuelta. Nunca lo habría conocido, Por lo poco que sabía por Naruto era que se había criado en raíz en aquel lugar donde les quitan la personalidad y hasta los sentimientos a sus subordinados.

Era bien sabido que era brutalmente honesto a la hora de definir a una persona, como aquella vez dónde todos los equipos habían decido comer juntos en el restaurante de barbacoa más famoso de la Aldea.

Y como si de una película se tratara los recuerdos llegaron a ella.

Recordaba la golpiza que recibió aquel Rubio, en un intento por retener a Sakura e Ino, pues Sai las había llamado "Feas".

"Belleza" ese había sido la descripción que le había dado, haciéndola sonrojar y a punto de desmayarse de no ser por kiba que le lanzó una botella de agua encima. Y como olvidar como su tan preciado Nii-san que era retenido por Rock Lee y TenTen para no asesinar aquel chico. Que a su vez estaba siendo callado por Shikamaru para evitar que soltará aquella palabra prohibida para Chouji.

Río ante aquel recuerdo dónde las risas y peleas con sus ahora camaradas eran el mejor recuerdo que podría guardar en su memoria, donde su tan querido Nii- san estaba con ella.

-Veo que estás muy contenta"Belleza"- pronuncio Sai sin ningún rastro de emoción en sus palabras.

Giro su mirada, Sorprendida de haber estado perdida en sus recuerdos.

-Es solo, que recordé algunos momentos valiosos para mí—suspiro.

—Belleza, es verdad lo que dicen en la aldea. —

—De que se trata— sonrió.

— ¿Sobre ti y Naruto?—pregunto.

— ¡NO! ¡NO! están equivocados— grito agitando sus manos en un intento de calmarse.

— ¡Ya veo!!Andando!—dijo dando vuelta y comenzó a correr sin dirigirle ni una sola mirada.

Hinata no hizo más que seguir su paso siempre detrás de él, lo que menos quería eran más cuestionamientos.

Cuando el atardecer se hizo presente, Sai la miro y dijo:

—Adelante pregunta. —

—Eto, será correcto-—musitó.

—Hace tiempo leí un libro sobre compañerismo y ahí decía algo de ser un libro abierto, Entonces no le veo problema. —

-—De acuerdo ¿Podrías comenzar hablándome de ti? —dijo casi en un suspiro.

—Soy huérfano y fui reclutado por raíz, ahí me asignaron un número en lugar de nombré. — tomo aire—no recuerdo mi verdadero nombre, desconozco si alguna vez tuve alguno.
Pero al ingresar al equipo 7 se me asignó el nombre de SAI.

Pronunció en un tono simple.

Hinata le extendió un bento, el cual Sai tomo, y comenzó a comer. Ella no podía hacer más que sentir pena, al menos le agradecía a su compañero hacerla olvidar todo lo vivido en la mañana.

—Y qué hay de ti-—soltó sin más.

— ¿De mí? —se apuntó con su dedo.

-— ¡Vamos!—

—Hmmmmmm, M-me llamo Hinata Hyuga, pero creo que eso ya lo sabes. Tengo una hermana pequeña y soy un ex ninja de rastreó y ahora soy un Ninja médico —

Fue el turno de Sai para analizar cada palabra, debía buscar algo para seguir aquella plática, pues él no era bueno en mantener conversaciones. La mayoría de sus misiones eran con el Uchiha y este solo hablaba lo básico, lo cual le facilitaban las cosas y así lo prefería pues Naruto y Sakura eran un verdadero dolor de cabeza.

Sintió la necesidad de conocer todo de ella. No era un interés romántico, ni mucho menos sexual. Recordó lo que sus libros le habían enseñado:

¡Lenguaje corporal!

Y entonces poso sus pupilas en ella, la observó comiendo delicadamente, tomando cada grano de arroz con sumo cuidado, masticando y tragando. Pero había algo, algo estaba ocultando.

—Entonces, me lo dirás—

—No, te entiendo ¿Qué debería decirte?—dijo sin dejar de comer.

— Te acostabas con Naruto. —

— ¡EHH!— se sorprendió tanto que escupió todo su bocado. — Eto...Yo, no más... Bien... Es un mal entendido—

La expresión facial, el tono y el volumen de la voz, el ritmo del habla y los silencios.

Era claro ella estaba mintiendo.