Capitulo 16

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Me sentía como un estúpido, el estúpido más grande que podía existir. Mis padres me habían convencido de hacer aquel negocio con Taehyung, pero yo no quería realmente, joder. Sí, me gustaba pasar tiempo con él, pero yo no podía estar con él más de lo necesario, me sentía nervioso, ansioso. Ni siquiera sabía.

Bebí el resto del champán de mi copa de un golpe mirando una de las pinturas conteniendome de irme a mi departamento a dormir.

-¿Por qué tan molesto? ¿A caso no quieres trabajar conmigo? -vi a mi lado al mismísimo Taehyung, dueño de mis pensamientos en ese momento, y metí mi mano en el bolsillo, dejando la otra con la copa abajo.

-No estoy molesto, y no quiero no trabajar contigo, Taehyung -dije entonces mirándole neutro. Me di los cortos segundos de detalle lo bien que se veía él entonces, con un traje impecable, con corte elegante y a la moda. Su cabello bien prolijo, los anillos en los alargados dedos, sus labios brillando, y su expresión.

Él pintaba, dijo mi padre, pero la verdadera obra de arte era él.

-Ni siquiera sabía que eras pintor, ¿a caso debo saber algo más? -pregunté frunciendo las cejas.

Él dio cortos pasos hacia mi con cautela. -No me lo preguntaste -dijo obvio. -. Y, yo tampoco sabía este lado tuyo. Estudiante por la mañana, y por la noche eres un hombre de negocios.

Él tenía razón. No se lo había preguntado.

Asentí en silencio y me lamí los labios. -En realidad... Aún no, mi padre, quiere que aprenda del negocio y me está enseñando a través de esto. Así que lamento si soy un poco defectuoso, pero aprenderé. Siempre lo hago -dije moviendo mis dedos en la copa.

-Vale, ¿y para qué es bueno el niño Jungkook? -preguntó con sorna.

-No me digas niño -respondí de forma inmediata. -. Me gusta mucho el arte y la literatura, como a ti.

-¿Y por qué negocios? -preguntó dudando. No le respondí, porque era un tema difícil y sensible para mí. No me quería poner a llorar en frente de él, por Dios, era mi profesor. -. Acompáñame.

Caminé detrás de él por un pasillo desconocido para mí, y solitario. No sabia a dónde nos dirigíamos, pero yo le tenia confianza, tampoco me llevaría lejos.

Él jaló de mi mano, generandome cosquilleos involuntarios que odié. Atravesamos una puerta, que daba hacia un balcón, las estrellas en el cielo eran preciosas y el viento me revolvió el cabello. Caminé hacia el barandal y miré el cielo nocturno. Parecía que este lugar no lo visitaban mucho, y Taehyung para evitar que alguien interrumpiese, cerró con pestillo.

Se acomodó a mi lado, recostándose del barandal confiado, luciendo tan espléndido. Las palabras me faltaban cuando de Taehyung se trataba.

-El día que descubrí lo que quería hacer, fue aquí donde estamos -dijo tomándome por sorpresa. -. Mi padre como el tuyo me trajo aquí para que aprendiera sobre el oficio, sólo que el mío era arquitecto. Un día, hastiado de todo, de vivir una mentira, subí aquí en busca de alivio -prosiguió mirando el cielo. -, y lo encontré. Las estrellas brillaban tanto como ahora, ahí pensé lo que quería hacer de verdad, porque la vida es una sola y si no eres feliz, la viviste en vano. Una estrella fugaz pasó y a esa le pedí que cumpliera todos mis sueños, o al menos la mitad, y mírame, Jungkook-ah, estoy siendo justo lo que siempre debí ser. No creo que hoy pasen estrellas fugaces, pero apóyate en mí, yo te ayudaré si es lo que necesitas -dijo elevando sus comisuras en una sonrisa pequeña, que me trajo alivio, y que me hizo suspirar como un bobo.

-Cuando le dije a mi papá que quería irme de casa, y que me iban los chicos, enloqueció -dije con una risa molesta. -. Pensé que si estudiaba lo que él quería, lo que le hacia feliz... No sé, me lo volvería a ganar. Gracias por eso, Taehyung, gracias por querer ayudar.

Él asintió a mi palabras y antes de yo decir algo jaló de mí para besarme, dejándome como siempre, atónito. Porque él besaba de forma única.

Sus besos me lograban encender como ningún otro, y podían transmitirme los más puros sentimientos. El beso poco a poco se intensificó, su lengua pasó entre mis labios haciéndome temblar y cuando la respiración me faltó me separé jadeante.

-Escapemonos, Jungkook. Así hago realidad tu fetiche de atarte las manos con la corbata que llevas.

Tócame | Vkook+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora