Lucía se despertó sola en una habitación de hospital, la cual constaba de una silla que a su parecer se veía muy incómoda de color verde justo al lado de la camilla, una televisión frente a ella, otra cama vacía al otro lado de la habitación y lo demás justo como en su lado.
Se sentía confusa. No recordaba con claridad que había pasado y por qué estaba allí. De pronto, como si no lo hubiera notado hasta ese instante, notó los monitores que tenía en su barriguita. Aterrorizada empezó a palparse la barriga en busca de señales de vida del bebé pero al mirar el monitor este marcaba las pulsaciones del bebé y a su parecer parecían normales. Tenía aproximadamente cuatro meses de embarazo. Cada patada, cada señal de vida de aquel ser que crecía en su vientre hacía que se impacientara aún más con la llegada del bebé.
Tras la puerta se oía un leve murmuro. Quiso levantarse pero con lo que tenía puesto en su barriga no pudo.
De repente, se abrió la puerta dejando ver a su madre y padre despidiéndose del médico.
- ¡Ey, cielo! ¿Cómo te sientes? Nos diste un gran susto. - Dijo su padre acercándose a la camilla y depositando un cariñoso beso en su frente.
- Me siento bien. Algo cansada pero bien. ¿Qué me pasó? ¿El bebé está bien?. - Preocupada dirigió su mirada a sus padres los cuales se miraron entre ellos.
- Debido al estrés que tienes por lo que le pasó al chico este, sufriste una amenaza de aborto pero el bebé está muy bien y tendrás que estar en reposo hasta que nazca el bebé. - Dijo su madre tocándole el pelo.
Lucía al instante se relajó un poco. Su bebé estaba bien y era lo único que importaba. Haría lo que hiciera falta para que él estuviera sano. De eso no cabía duda.
Más tarde, tocaron la puerta de su habitación. Su madre se dirigió a abrirla pero la abrieron antes.
- ¿Se puede? - Erick se asomó a través de la puerta y miró hacia dentro de la habitación esperando el permiso para pasar. Mi madre asintió y ella junto a mi padre salieron para dejarnos algo de privacidad.
Lucía al verlo empezó a ponerse nerviosa. Descubriría que estaba embarazada de él. Tampoco entendía cómo se había enterado y que hacía allí si estaba ingresado.
Hubo un silencio de unos segundos en los que ellos se miraron mutuamente. Erick estaba aún en shock por si en verdad ella estaba embarazada y ella estaba atacada de los nervios porque él se enteraría de su embarazo.
- ¿Qué tal estás? - Dijo Erick sentándose junto a ella en la silla verde.
- Algo cansada pero bien. ¿Te han dado el alta? - Preguntó Lucía intentando que respondiera sus interrogantes.
- Hace unas horas me dieron el alta. Justo cuando salía del hospital vi a tus padres entrar contigo inconsciente. No podía irme a mi casa tranquilo sin saber que te había ocurrido y como estabas. - La miró con preocupación. - ¿Te puedo hacer una pregunta? - Dijo tras una breve pausa. Debía ir al grano.
Tras ella asentir sabiendo lo que iba a preguntar, él habló.
- ¿Estás embarazada? - Miró al suelo. No quería oír la respuesta pero a la vez sí. Seguramente tras haber estado secuestrado, ella estuvo con otro. Pero al ver su barriga ya bastante notable tenía una leve esperanza que fuera de él. Haber nadie a su edad estaba preparado para tener un bebé pero ella para él era como si viera a un ángel. No la conocía pero es que durante su encierro era a la única que podía ver sin contar que ella fue quien le salvó la vida.
- Sí. Quería contártelo pero después de que salieras del hospital y habernos conocido mejor. Entenderé si no quieres volver a hablarme. - Estaba avergonzada y no sabía por qué.
Se acercó más a ella y le cogió la mano.
- Me da igual que estés embarazada. Te debo la vida y te apoyaré siempre que haga falta. - Le sonrió. Y era verdad que estaría con ella siempre fuera de un modo u otro. Da igual de quién era el bebé a él le importaba más ella.
De repente se abrió la puerta sin llamar. Los dos giraron la cabeza para ver quién era. Tras ella apareció Carlos un poco sudoroso, como si hubiera corrido mucho.
- ¿Qué pasó, Lucía? ¿Te encuentras bien? ¿Y el bebé? - Se acercó a ella e hizo que Erick se apartara.
- Emm... Sí, estamos bien. - Dijo algo aturdida por su repentina llegada. ¿Cómo se habría enterado? Se preguntó.
Mientras, Erick miraba a Carlos con algo de molestia. ¿Quién era él? Alomejor es el padre del bebé. Pensó.
- Menos mal. Si algo te pasa a tí o a nuestro bebé, me muero. - Dijo Carlos cogiéndole tocándole la barriga.
Lucía se quedó de piedra. ¿Por qué decía eso?
Sin darle tiempo a responder algo, Erick bastante sorprendido se fue pronunciando un ya nos veremos Lucía.
* * *
Perdón por tardar siempre tanto pero es que solo escribo cuando tengo inspiración o no tengo nada que hacer.
Siempre intento subir más rápido pero nunca lo hago.
Perdonadme.
Como siempre, gracias por leer. Espero que os guste.
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¡ A TRAVÉS DE TU VENTANA !
Teen FictionGracias a Lucía, Erick podrá ser rescatado del infierno en el que se encuentra. Pero... ¿Qué pasará después? No todos los finales son felices.