Capítulo 17

67 5 0
                                    

Los personajes no me pertenecen sino a Suzanne Collins autora de la trilogía de Los Juegos del Hambre, yo solo uso sus personajes a mi gusto a excepción de algunos personajes.

Las cosas se estaban poniendo feas, estaba lloviendo torrencialmente, claro estaba en un bosque por no mencionar en una arena controlada por vigilantes porque estos son ¡Los Juegos del Hambre!

¡Y que la suerte esté siempre de su lado!

Tonterías, si estuviera de mi parte no estuviera aquí para empezar. Ya han pasado dos semanas en esta arena y creo que esta lluvia no es casualidad.

Miro al cielo que llora cada vez más fuerte, todo está tan callado, no hay ruido y los pocos  pájaros que se sabían escuchar habían desaparecido por completo. Cierro los ojos pero decido levantarme y trepar un árbol aunque sea para mojarme un rato, no trato de pensar para nada en las consecuencias de lo que puede pasar como por ejemplo una pulmonía.

Lo único que llevo conmigo es mi hacha y tres cuchillos, salgo de mi mini-cueva y trepo a un árbol muy alto que está a unos metros de la cueva, para cuando estoy escalando el árbol estoy mojada, hasta el último rincón de mi cuerpo y no me doy cuenta de que estoy tiritando un poco debido a que el agua está fría, está helada. Cuando llego a la cima de este trato de ver que hay más allá de unos cuantos metros pero había neblina, así que no podía hacer gran cosa. Cuando estaba a punto de bajar escucho un grito, fuerte y de terror.

Lleno de pánico.

El grito claramente proviene de una chica, pero es lejano de esos que retumban en tus oídos por minutos y se pierden en el aire y momento. Se quedan ahí en tus oídos aunque haya desaparecido hace mucho. Siento mi señal de alerta, debo regresar a mi refugio pero reacciono tarde, varios tributos del uno, dos, cuatro, y todos aquellos que siguen vivos corriendo, huyendo de una manada de mutos, no me detengo a ver la forma o como se ve porque el animal puede tumbar un árbol sin darse la molestia de esquivarlo.

Bajo rápidamente pero cuando voy por la mitad me doy cuenta de que de ahí hasta que llegue al suelo el animal ya me ha matado, así que me tiro, doy las gracias porque no me viré al tobillo al momento del impacto, corro lo más rápido posible, miro de reojo y distingo que estoy entre los primeros corriendo, el animal prácticamente nos está pisando los talones, escucho gritos y quejidos.

Volteo la cara para observar y veo como ese animal feo parecido a un toro negro pero el triple del grande del original y con unos cuernos enormes y este a diferencia de un toro, es carnívoro.

Un chico es azotado contra un árbol, el animal empieza a masticarlo mientras el grita por ayuda y por supuesto, nadie lo hace. Diviso a Louis en todo este desastre, cuando llegamos al lago nos dividimos pero cada uno para el lado que cree correcto. Yo elegí el izquierdo, hacia las montañas. Pensé que el animal iba a seguir corriendo en línea recta, pensé que si no era así iba a seguir a los que eligieron el lado  derecho pero no como dije, esa frase de la suerte esa nunca sirve en mi caso, nunca sirven en nadie.

El toro terrorífico iba atrás mío. ¿¡YO QUE HICE EN ESTE MUNDO!? ¡DÍGANME! necesito una explicación.

Llegue a un punto donde tenía el corazón en mi garganta y en la sangre en la cabeza, debo de hacer algo debo de matarlo, paro y giro para quedar cara a cara con el animal terrorífico, ahí estaba venia hacia a mí. Escuche un llamado, un shhhhh ¡Jael! de nuevo shhhh ¡Jael! miré hacia el árbol de mi izquierda donde se encontraba un cansado y preocupado Louis.

Entendí el plan, fui sacando mi hacha poco a poco, cuando el animal terrorífico de encontraba a unos cinco metros saque fuerzas y se lo clave en la frente, pero esa cosa del demonio siguió corriendo, me lo esperaba.

18 Años Después De Una Rebelión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora