3 años antes
Mis pasos eran tranquilos mientras caminaba por la Facultad, una hermosa risa hizo que me detuviera. Por alguna razón quería saber de quién de quien provenía esa risa. Voltee para ambos lados y se volvió a escuchar. La volví a escuchar.
En ese momento te vi por primera vez. Tu cabello marrón volaba a la par del viento, dejando unos mechones rebeldes a la altura de tus ojos impidiendo ver. Esa sudadera azul resaltaba tan bien tu piel y aun así se podía apreciar tu buena complexión. Pero eso no fue lo que hizo que me enamorara de ti por completo. Fue tu sonrisa. Sonreíste con aquellos dientes blancos y bien alineados, iluminado tu cara, unas pequeñas líneas aparecieron en tu frente. Esa sonrisa hizo que todo lo demás desapareciera.
Al día siguiente mi alarma no sonó como habitualmente lo hace. Mi coleta iba de un lado a otro con rapidez por la fuerza de mis pasos mientras corría por los recibidores, esquivaba a los demás estudiantes. Ni siquiera me importo el ruido de mi lápiz al caer del bolsillo de mi mochila ni mis agujetas mal abrochadas de mis tenis. Yo solo necesitaba llegar a la clase.
Ya casi. Estoy tan cerca.
Pero un choque interrumpió mis pensamientos de victoria.
Hizo que mi cuerpo cayera hacia atrás estrepitosamente y que mis cosas se esparcieran por todo el ancho del pasillo. Un mano se estiro hacia mí, la tomé con vergüenza mientras me levantaba. En el momento en que nos tomamos de las manos sentí algo que nunca había sentido. Mi corazón comenzó a latir aceleradamente. Volví hacia su cara. Era él.
El chico que vi ayer fue con el que acabo de chocar.
De algo estoy segura, el también sintió lo mismo. Nuestras caras lo reflejaron.
-Lo lamento- su voz era tan masculina que mis vellos de todo mi cuerpo se erizaban.
Mi boca se movió tratando de hablar pero no podía.
-Fue mi culpa-logré decir.
Me sonrió. Me sonrió a mí. Su cara se iluminaba aun más estado cerca de él.
-Que grosero soy, lo lamento-se agachó a recoger mis cosas mientras parecía que me habían clavado en el piso, no me podía mover. Nuestras manos se rozaron al momento de regresarme mis cosas.
Sonreí tímidamente y el agrandó más su sonrisa.
-Gracias.
- ¿Cómo te llamas?
- Ericka. y ¿tú?
-Jorge-un escalofrío recorrió mi espalda al escucharlo pronunciar su nombre.
Me despedí de Jorge y entré tarde a mi clase. Todo el tiempo estuve pensando en ese pequeño encuentro. Al salir del salón estaba allí, esperando a algo o a alguien.
Me divisó al pasar cerca de él.
-Ericka-dijo. Mi corazón golpeaba fuertemente mi pecho.-Hola
A partir de ahí comenzó nuestra historia juntos.
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En tu partida
Teen FictionDesde la primera vez que Ericka vió a Jorge. Quedo perdidamente enamorada. Jorge a su vez, no podía dejar de pensar en ella. Pero un accidente trágico hizo que Ericka se quedará totalmente desolada, llorando por la pérdida de su amado. Preguntándose...