Polonia- La Casa de Papel

Capitulo 1

La cosa estaba muy jodida adentro y me mandaron a mi a arreglarla. ¡Qué raro! Yo arreglando los platos rotos de los demás, no me sorprende para nada que el Profesor me haya llamado a mi, soy la única más o menos con dos dedos de frente allí dentro. Habíamos hecho un plan perfecto, desde el momento cero estaba ahí, pero nadie se había dado cuenta. Era un "rehén" más hasta ese momento...

-¿Qué carajos haces aquí? ¡Vete pa' allá!- gritó Denver al verme entrar a donde operaban a Nairobi. 

-Es que... quiero ir al baño- mentí

-Pues ve al baño pero ¡no jodas!

Me fui adentrando más a esa habitación

-¿Qué le ha pasado?- pregunté inocentemente

-¡¿Qué no tenías que ir al baño?!- me gritó Tokio

-Ha perdido mucha sangre- dije sin darle importancia

-¡Vete o te juro que te lleno de plomo, pibita!- me apuntó

-Ay Palermo, yo no lo creo- me saqué la peluca y el gorro que había estado usando todo ese tiempo

-¿¡AMPARO?!- preguntó confundido

-Polonia, mi querido...

-¿Quién es ella?

-¿Río, no? Soy Polonia, un gusto- le di la mano- No creía que eras tan guapo, la tele no te favorece

-¿Disculpa?- acotó Tokio disgustada

-¿Perdona? ¿Estoy hablando contigo, bonita?- no respondió- Me parecía...

Todos se mantuvieron callados unos segundos con los utensilios de medicina en sus manos. Parecía que se les iban a caer de las manos.

-Me imagino toda las dudas que deben tener ahora mismo, ¿no?- comencé a pasearme por toda la habitación- Soy Amparo, mas conocida como Polonia que es como me ha bautizado el Profesor. Las cosas se han jodido muy heavy por eso estoy aquí, para eso me ha mandado el Profesor, para controlarlos, para que no caguen nada más de lo que ya está cagado. Para que aprendan a hacerle caso a la autoridad y aprendan a mantener los cojones cerrados, ¿quedo claro? 

No sé si he alzado demasiado la voz o si no tengo una presencia poderosa (bueno, eso sí que lo sé, me lo han dicho muchas veces) pero nadie se ha atrevido a contestarme ni siquiera Tokio que es la más rebelde. 

-Polonia ha vivido un tiempo con Berlín y conmigo en el monasterio. Siempre fue parte del plan pero después de tantos años pensé que había cambiado de rumbo o que el Profesor había decidido dejarla a un lado...

-Eso nunca mi querido

-Algo que no entiendo- dijo Denver- ¿Como has entrado?

-He sido rehén todo este tiempo y ustedes tienen la cabeza tan a la miseria que ni cuenta se han dado. 

-No has perdido tu toque- me dice Palermo

-Tu tampoco

-¿Podemos dejar los saludos para otro momento y ocuparnos de Nairobi?- pidió Helsinki. 

-Claro, disculpen. Río, ¿te has puesto en contacto con el doctor?- pregunté

-Ya tendría que estar llamando

-Perfecto, Palermo conmigo- ordené

Con mi corta edad nunca pensé que iba a tener a la Resistencia comiendo de la palma de mi mano como las palomas de la Plaza de Mayo en Argentina, era fascinante. Era un verdadero matriarcado. 

-Te extrañé

-Yo también- me dice 

-También extraño a Andrés