Siempre llega ese momento donde deja de llover dentro de ti, deja de ser una tormenta, dejas de ser una esclava de temores, dejas liberar tu mente, porque entiendes que el destino no cambia, los caminos... Seguirán siendo caminos, con sus maravillos...
A veces estoy tan presente, pero al mismo tiempo ausente, no me entiendo...
Antes solia conocerme, pero ahora, suelo irme lejos.
Lejos de esos comentarios diciendo * Te extraño* ...
Me han dejado herida, me han dejado vacía, después de sentir tanto, después de tener miles de experiencia con el verdadero amor, ahora se ha esfumado, sumergida en mi propio encierro, donde no dejó entrar la luz, donde no dejo entrar su verdad.
Toparme con mis propios errores, tener el verdadero reflejo de quien muestro ser, cuánta debilidad absorbe este fenómeno de mí, cuanta fuerza tiene, logra ponerme en el estado de la vulnerabilidad.
Si, me sentía débil, pero esto ha marcado mi sepultura de mis debilidades, de mi plena confianza de las grandiosas cualidades.
Así es como habla la chica que hace unos meses atrás, sintió batallar con la inestabilidad, con los pensamientos de la soledad, y con su propia sombra. Es aquí donde digo;
Suelo perderme.
Suelo perder mi verdadero centro, suelo perder mi imagen cuando escucho que algo esta mal en mi, cuando creo que avanzo entre los niveles de la sociedad y es solo la advertencia que sigo sin encajar en ella.
Y he aquí mi pregunta ¿Alguna vez esa fue la intención? ¿Encajar entre la sociedad?
Si esa fue la intención, entonces el nivel de debilidad que padezco, es la correcta.
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