"JiMin llegó a mi vida un primero de enero de 1938.
Yo era un simple pintor de retratos en una plazita de Seo-gu en Busán. El día despues de año nuevo, las familias solían ir a la plaza a pasar la tarde y pedían siempre un retrato de ellos para ser guardado como recuerdo del primer día del año. Por eso iba los primeros de enero, ya que unos centavos de más siempre eran bien recibidos. Y realmente agradezco aquella tradición de las familias, porque si no fuera así, entonces jamás hubiese conocido a mi ángel.
Él.
Su tez clara, sus cabellos dorados brillando bajo el resplandeciente sol de enero y ese rostro tan angelical que me robó la mirada en un instante. Yo pintaba a una niña en ese momento, pero no pude continuar haciéndolo porque él me había hipnotizado por completo con si caminar. La niña frente a mí hizo un ruidito y tuve que voltear a verla. En realidad, la niña llevaba varios minutos llamándome pero no le hacía caso.
Estaba perdido en él.
Pero como se había ido, tuve que continuar mi trabajo. Aquella noche no dormí, pensando en que tal vez aquel chico había sido una imaginación mía. Era imposible que existiera alguien tam hermoso como él. ¡Era un ángel! Llevaba una camisita blanca que le quedaba suelta y que hacía ver sus clavículas llamativas. También llevaba un aro en el cuarto dedo de la mano derecha. Hoy en día me pregunto ¿cuánto tiempo estuve viéndolo como para grabar cada uno de sus detalles en mi memoria?
Seguramente mucho tiempo.
Por eso al día siguiente regresé muy temprano para verlo. Pero él no apareció. Lo esperé hasta muy noche, pero el bonito nunca llegó. Entonces confirmé mi teoría, él era un ángel y yo solo lo había imaginado. Traté en mis tiempos libres retratarlo, pero era imposible.
¡Me ponía a pintarlo y no lo conseguía!
Tal vez necesitaba verlo otra vez, aunque sea en mi imaginación. Pero el angelito no aparecía. Y yo, aunque lo recordaba muy bien, mi mano parecía inmóvil y no sabía por dónde empezar. Ya me estaba volviendo loco y solo rogaba volver a verlo una vez más.
Hasta que Dios pareció escucharme.
Había pasado como una semana y yo andaba triste por él. Si les soy sincero, yo era un excelente retratista y aún lo soy. Mis trabajos eran impecables y por eso la gente del pueblito me quería mucho. Pero esa semana había sido una locura. ¿Pueden creer que había pintado a la señora Kim con bigote? Y bueno, puede que la señora tenía un poquito, pero no uno como Hitler. Recuerdo como la señora Kim me dio la regañada de mi vida, así que tuve que volver a pintarla.
Pero todo mejoró aquel día.
Aún desanimado por mis ultimos fracasos artísticos, llegué a trabajar a la plazita para poner mis trabajos y exhibirlos. Era marketing del antiguo. Y sí funcionaba, tanto que recuerdo como si fuese ayer, la voz que se escuchó a mis espaldas pidiéndome un retrato.
"Hola ¿me pintas por favor?"
Su voz... Si yo les contara lo que sentí en ese momento, nunca acabaría. Los vellitos de mi piel se levantaron, mi corazón se detuvo unos segundos y hasta la respiración se me fue. Tuve tantas emociones y quise saber quién era el dueño de tan dulce voz, por lo que volteé para conocerlo.
Sí, era él.
Y me desmayé. Así es, parece chiste pero no lo es. Me desmayé delante de mi ángel y sabe Dios qué otra cosa más hice. Solo recuerdo haberme levantado en sus brazos y creí que ya andaba en el cielo. Digo, un ángel vestido de blanco, carita de ensueño y un olor a vainilla, solo podía existir ahí arriba, donde estaba Diosito.
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ꜱᴏʟᴏ ᴘɪᴇɴꜱᴏ ᴇɴ ᴛɪ ➳ [ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ]
Fiksi PenggemarDonde JungKook es un pintor de una pequeña plazita de un pueblo de Busán y JiMin el chico más bello del mundo.