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>> Park JiMin <<

Jeongguk me envía un mensaje justo cuando me estoy preparando para ir a la cama. YoonGi y yo caminamos por la puerta literalmente hace cinco minutos, y estoy sorprendido de escuchar de él de nuevo esta noche. Imaginé que se presentaría al momento que llegara a casa del partido.

Él: Necesito hablar contigo.

Yo: ¿Ahora?

Él: Sí.

Esta bien, puede que sea un mensaje, pero es difícil no entender su tono. Y su tono es definitivamente enojado.

Yo: Um, claro. ¿Me llamas?

Él: En realidad estoy en tu puerta.

Mi cabeza se gira bruscamente hacia la puerta abierta, casi esperando encontrarlo ahí. Entonces me siento tonto porque me doy cuenta de que se refiere a nuestra puerta del dormitorio y no de mi habitación. Sin embargo, esto debe ser serio, porque Jeongguk no suele aparecerse sin previo aviso.

Remolinos de náuseas se forman en mi estómago mientras camino hacia la sala para abrir la puerta. Efectivamente, Jeongguk esta ahí de pie. Todavía con su chaqueta de hockey y pantalones de chandal, como su hubiera venido directamente hasta aquí en vez de ir a casa a cambiarse primero.

— Hola —lo saludo, haciendo un gesto para que entre—. ¿Qué pasa? —mira más allá de mí a la sala de estar vacía.

— ¿Dónde está YoonGi?

— Se fue a dormir.

_ ¿Podemos hablar en tu habitación?

Las náuseas empeoraron. No puedo descifrar su expresión en lo absoluto. Sus ojos estan entrecerrados y su tono es completamente carente de emoción.
¿Tiene esto algo que ver con su padre?

No pude oír su conversación anterior, pero su lenguaje corporal había transmitido alguna agresión grave. Me pregunto si tal vez ellos...

— ¿Vas a salir con Kang este fin de semana?

Demanda la voz de Jeongguk al momento que cierro la puerta de mi habitación, y me doy cuenta con consternación que esto no tiene nada que ver con su padre.

Y todo que ver conmigo.

La sorpresa y la culpabilidad arman una guerra dentro de mí mientras me miraba a los ojos.

— ¿Quién te dijo eso?

— Yugyeom. Pero él lo escuchó de Kang.

— Oh.

Jeongguk no se mueve. No desabrocha su chaqueta. Ni siquiera parpadea. Sólo mantiene su mirada fija en la mía.

— ¿Es verdad?

Trago.

– Sí y no.

Por primera vez desde que llegó aquí, su expresión destella una emoción.

Molestia.

— ¿Qué demonios significa eso?

— Significa que él me invitó a salir, pero no he decidido si voy o no.

— ¿Dijiste que lo harías? —hay un borde sombrío en su tono.

— Bueno, sí, pero...

Los ojos de Jeongguk arden.

— ¿En verdad dijiste que sí? ¿Cuándo te lo pidió?

— La semana pasada —admito—. El día después de la fiesta de Kai.

La Cita [KOOkMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora