Abrí mis ojos lentamente, a pesar de que me sentía terriblemente cansada sabía que tenía que levantarme. Había trabajado hasta muy tarde la noche anterior, y me pareció haber caído desmayada a no más de cinco horas atrás, por lo tanto era extraño levantarme sin necesidad de un despertador, en vez de que mi sueño se alargue como siempre. Bostecé y estiré mis brazos a más no poder mientras estaba aún en cama, escuchando mis huesos tronar en el transcurso, decidí esperar a que el sueño me abandonara por si solo con el pasar de la mañana. Me levanté y respire hondo dando un vistazo a mi alrededor, donde de inmediato pude notar algo.
"Momento… esta… esta no es mi casa" pensé. El cansancio que tenía fue olvidado por completo, dando lugar a una mezcla de temor y angustia que empezaban a calar hasta mis huesos. "¿En dónde estoy? ¿Qué hago aquí?" me preguntaba. El día anterior había llegado a mi hogar como todos los días, muerta por las largas horas laborales… y ahora amanezco aquí.
Vi que una cartera yacía en el piso, a un lado de la cama en la que hace solo un minuto me encontraba, la observé por un momento hasta que decidí tomarla. Saqué mis llaves de ahí, junto con mi monedero, para después correr fuera de la habitación. Necesitaba un lugar donde respirar aire fresco y poder pensar claramente. A penas logré distinguir lo que parecía ser otra habitación, junto a aquella en la que antes me encontraba, antes de cruzar por el marco de la puerta y desaparecer.
Finalmente estaba fuera de esa casa, tan temible y desconocida, pero que a pesar de esto, por alguna razón, ahora al verla me generaba cierta añoranza, casi como un dejavú. No lograba entenderlo, ese lugar no debería parecerme ni remotamente familiar, después de todo acabo de 'escapar' de ahí. Sacudí mi cabeza y preferí olvidar este cuestionamiento para enfocarme en seguir mi camino.
Con el pasar de unos minutos terminé encontrándome en un parque. Donde observaba a la gente a mi alrededor mientras andaba, y por un momento me detuve, y es que podía jurar que vi, caminando a una distancia considerable de mí, un par de rostros conocidos, una pareja al parecer, sin embargo no podía asegurar quienes eran al estar tan lejos. En ese instante, varias personas pasaron frente a mí, logrando que perdiera de vista a ambas personas, traté de ubicarlas de nuevo, ya que quizá podrían darme direcciones para volver hasta mi casa; pero en su lugar habían otras dos personas ahora, a quienes no conocía en lo absoluto.
Suspiré, un poco resignada, e intentando relajarme solo un poco, respiré pausadamente. Estaba convencida de que era el cansancio que no me dejaba pensar bien, necesitaba completar mis horas de sueño ausentes. "Sí, debe ser eso" pensé. Levanté ligeramente la mirada, dispuesta a volver a caminar y me doy cuenta de algo más, como si apenas hubiera llegado al lugar en el que estaba.
"No recuerdo haber visto este parque nunca antes. ¿Tan lejos estoy de mi hogar?".
Mi pulso empezaba a aumentar de velocidad, y casi sentía un sudor frío recorrer mi espina, y ni siquiera estaba segura de porqué. Miré a todos lados hasta divisar un paradero, al cual fui en seguida. Lo único que se me ocurrió fue esperar y subir al primer autobús que se detuvo, sin siquiera ver a donde se dirigía.
Pasaron unos minutos hasta que decidí bajar, otra vez en un lugar desconocido. Ya no sabía que hacer, estaba asustada, sentía que si no veía nada ni a nadie familiar me iba a volver loca. De pronto diviso una comisaria cerca de donde estaba, tenía que averiguar donde estaba cuanto antes así que no dude en acercarme por respuestas de una vez por todas. Estaba por entrar cuando veo a un oficial de mediana edad salir del edificio, comenzando a caminar de un lado a otro mientras hablaba por teléfono de algo que parecía un asunto serio. Estaba por evadirlo cuando de repente su mirada se topó con la mía. Noté como abrió los ojos de par en par, bastante sorprendido al parecer, lo cual me pareció extraño; alcancé a ver que articulaba unas palabras más a través del aparato electrónico, para finalmente guardar su teléfono y acercarse a mí.
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Empatía
SpiritualEsta historia la escribí con el fin de mostrar como alguien puede llegar a sentir el dolor ajeno sin estar, necesariamente, en el lugar de esa persona. De allí el título. Disculpen anticipadamente las fallas de redacción que puedan haber. Y como di...