II.

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Bien, solo estaba de pésimo humor, enojado conmigo mismo por lo imbécil que fui con Aleisha, es decir, apenas fui capaz de decir algo y luego dejé que se fuera como si nunca me hubiese importado. Me había comportado como un cobarde, porque ella fue la única que habló, mientras yo la miraba con una mueca como el idiota que soy, demasiado asustado de contestarle en serio. Suspiré agotado, y cuando escuché los pasos de Michael recorrer el pasillo hacia mi habitación solo subí aún más las mantas para cubrir así mi cabeza, destapando mis pies en el intento.

Ser alto es una mierda.

Creí que iba a entrar, pero en lugar de eso solo escuché sus pasos alejarse escaleras abajo, y bufé, justo antes de que mi celular vibrase, sobresaltándome un poco. No pude evitar poner los ojos en blanco cuando vi que, exactamente era un mensaje de Mike.

 Mikey: Luke Hemmings ¿Cuánto más fingirás dormir?

Re: Michael Clifford, la puerta está abierta xoxo

Pocos segundos después me encontraba siendo arrastrado escaleras abajo por mi amigo, su plan era tan simple, solo llevarme a la cocina y obligarme a desayunar. Porque claro, todos creían que estaba deprimido, y no era así, solo quería lanzarme del edifico más alto de la ciudad y reventarme en el piso, porque lo merecía. Y eso no significa que estuviese triste, o que necesitase la campaña “24 horas junto a Lukey” creada por Calum, que consistía básicamente en que, al menos uno de los chicos debía de estar conmigo en todo momento del día.

-Mike…no tengo hambre. Además ¿No tienes trabajo hoy? Es lunes.

-Dije que estoy enfermo-Se encogió de hombros y sonrió-Calum dijo que dirías eso, y que debía obligarte a comer si lo hacías.

-No estoy deprimido-Respondí tajante y el suspiró.

-Solo come, y, si en serio no estás triste entonces...¿Puedo preguntar qué sucedió con Aleisha?-Hice una mueca, no me importaba decírselo en realidad, pero de algún modo un poco de incomodidad se albergó en mi estómago, a quien engaño, no deseaba decírselo en absoluto. Tomé un trozo de pan y le unté algo de mermelada en un intento de disimular, el rió sin pudor ante mi reacción antes de decir suavemente-Sabemos que no estás triste.

-¿Entonces por qué no me dejas descansar en paz?-Inquirí con un falso resentimiento que no hizo más que sacarle una sonrisa burlona.

-Que no estés triste no significa que estés bien…-Pareció quedarse sin palabras por un momento, pero era algo que solía sucederle, así que guardé silencio esperando que continuase-Y de verdad me gustaría saber, y estar seguro de que no fue por…ya sabes…-Lo miré exasperado, siempre hacía lo mismo, le encantaba dejar las palabras en el aire.

-¿Por qué nos besamos?-Murmuré débilmente y el asintió.

-¿Tiene que ver o no?-Negué con la cabeza riendo suavemente-¡Luke! Hablo en serio.

-Rompí con Aleisha porque amo a alguien más-Suspiré, todo estaría bien mientras no mencionara mis sentimientos hacia él-¿Suficiente?

Lo miré algo nervioso y entendió enseguida que quería desviar el tema, y no lo hizo de buena manera en realidad, es decir ¿Quién en su sano juicio cambia de tema lanzándole un cupcake en la cabeza a su amigo? Aunque sabía que Michael era definitivamente especial.

-Ahora nuestro cabello es del mismo color-Sonrió apuntando mi cabeza, mientras yo veía pequeñas gotas de glaseado rosa caer sobre la mesa.

-Eres estúpido.

-¿Puedo saber quién es esa persona a quien dices amar?-Sonrió de medio lado, jugueteando con unas migajas de pan repartidas por sobre el mantel.

Don't Smile |Muke Clemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora