¤~toxic~¤

capítulo 3

soy tuya y te pertenezco

"Alegría era lo que me faltaba en este momento sentía una opresión en el pecho subía hasta mi cabeza y hacía que sintiera escalofríos , dolor de cabeza y lágrimas acumuladas pues en este momento Jaeden acababa de terminar conmigo ya que por accidente caí sobre Noah y quedamos muy cerca y Jaeden nos vio"

—¡Jaeden!—grité mientras corría tras él, ya que había tomado demasiado y no tenía equilibrio—perdoname—me arrodille ante él—lo siento—lo mire desde el cielo y se veía enojado jamás lo había visto así

—besame los pies—dijo y enseguida lo hice con tal que me perdonara—ven—me paro sujetándome del brazo mientras me arrastraba por toda la fiesta llamando la atención de la gente—di que eres mía y me perteneces—lo interrumpí

—soy tuya y te pertenezco—dije y me acerque a el pero me alejo

—no a mi—lo mire confundida—quiero que lo digas en el micrófono —me lo dio y yo lo agarre sin pensar dos veces subiéndome a una mesa de madera pequeña 

—atención—dije sin miedo—yo soy de Jaeden Martell y le pertenezco—lo miré—así que no quiero que nadie se me acerque—añadí sorprendiendo a Jaeden—e igualmente no quiero que ninguna zorra se le acerque—sonreí y baje de un brinco hacia los brazos de mi ex novio

—me sorprendiste—me dio un beso en la frente mientras me abrazaba—no quiero perderte Lea—me miró con los ojos llorosos

—prefiero morir a perderte Jae—lo bese pero aun así sentía la sensación de angustia que no dejo disfrutar el beso

—¿qué pasa?—dijo molesto mientras se apartaba y volvía a caminar

—Jaeden te amo—lo alcance—solo no me siento bien—dije y lo abrace ya que me sentía débil después de eso empecé a oír su voz a lo lejos

—Lea ¿estas bien?—dijo Jaeden al parecer había empezado a caminar ya que su voz cada vez se oía más lejos—Lea—oí su voz como un susurro ya casi inaudible

[...]

No sabia donde me encontraba pero sabía que ya no estaba en la fiesta ya que me encontraba en un cuarto blanco lleno de luces haciendo que mis ojos se irritaron un poco así que los cerré pero oí una voz a lo lejos

—hija—oí a mi madre llamarme pero aunque quería responder mi cuerpo no cedía—¿cómo esta?—pregunto a alguien supongo

—tiene desnutrición, al parecer no come bien pero se recuperara—dijo otra voz pero aunque tenía duda quien era no quise abrir mis ojos hasta que se oyó la puerta abrir una vez más y reconocí esa voz

—Lea—dijo Jaeden y sentí como se acercaba a mi haciendo que abra mis ojos para ver esos hermosos ojos verdes que me traen loca 

—Jae...den—dije con dificultad en ese instante mi madre se acercó por el otro lado

—hija ¿cómo te sientes?—preguntó mirándome mientras agarraba mi mano con sus dos mano

—me siento bien creo—dije con más fluidez—¿por qué estoy aquí?—miré a Jaeden el cual sonrió de lado

—me llamaste que te sentías mal—lo miré confundida—tomaste mucho y cuando llegue te lanzaste a mis brazos—me miró apenado yo no sabía qué decir porque lo que yo recordaba era otra cosa

—¿Lea hija estas bien?—dijo mi madre mientras me tomaba más fuerte con sus las manos

—creo que la revisaré—dijo el doctor mientras se me acercaba—si pueden salir se los agradecería—de reojo vi que Jaeden se molesto

—no quiero que salga Jaeden—dije y lo sujete—por favor—miré a el doctor y despues a mi madre —no te vallas—lo mire y el me sonrió sabía que le gustaba que le rogara por algo que él quiere 

—con gusto me puedo quedar para que ella esté tranquila—miró esperando aprobación

—está bien—salió mi madre mientras que yo me relajaba sabiendo que Jaeden estaba aquí

[...]

Me encontraba de camino a casa cuando sentía ganas de llorar el porque no sabía pero mientras más cerraba mis párpados con fuerza más lágrimas se juntaban y llegó un punto donde no pude más y solté mi primer lágrima

—llegamos a casa—anunció mi madre en eso salió mi vecina Maddie Ziegler y saludó a Jaeden y se le quedo viendo varios minutos lo cual hizo que mis celos subieran al tope me solté del agarre de Jaeden y salí corriendo aunque toda mi vista se encontraba borrosa y se movía demasiado llegue y cerré con seguro mi puerta para que nadie pudiera entrar 

—Lea—dijo mi madre tocando la puerta

—no voy a abrir así que lárgate y dile a Jaeden que no lo quiero ver—grité enojada pero oí un ruido en mi ventana así que voltee y me sorprendí soltando un pequeño grito pero lo oculte después de segundos y volví a mi postura recta 

—¿enserio?—dijo Jaeden que acababa de entrar por mi ventana—lo siento—se acerco a mi—por favor no se que haria sin ti—se acercó pero lo detuve

—Jaeden largo no quiero hablar contigo—baje mi cabeza—al menos no ahora—fui hasta donde estaba mi mesa de noche y saqué una pequeña botella de alcohol y le di un trago

—acabas de salir del hospital—me la arrebato—es por tu bien—la tiró por la ventana

—no tenías que dramatizar—me senté en mi cama mientra lo veía de reojo

—¿qué quieres que hago?—se subió arriba de mi

—harás lo que sea—él asintió—pues vete—lo empuje y me paré soltando unas cuantas carcajadas 

—amo tu forma de ser—se acerco a mi—quieres hacerlo—levantó una ceja y yo asentí como niña pequeña—está tu mamá—

—entonces tendremos que no hacer ruido—lo empuje a la cama y me subí arriba haciendo que tuviera segunda vez en el día relaciones y es que en verdad era adicta a el.