Dulce de Batata

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 A veces me pregunto si te caigo bien. Parece que me odias de vez en cuando.

Mitsuba apartó la mirada, rompiendo aquel contacto visual que mantenía con el rubio aún si el otro perduraba apoyando aquel océano en su persona. Atisbaba aquellos vegetales del jardín mientras apretaba la cámara entre sus manos, aumentando la presión que ejercía sobre ella por cada momento que afloraba en su mente donde se hallaba insultándole. Aún si fuera un recuerdo evanescente, plañía en completo silencio; y su flequillo, acababa cubriéndole cual cómplice.

 ¡Oh, Mitsuba! ¿Y si fotografías a...?

De repente, todo se había vuelto sordo; sin lograr percibir su voz, tal y como si se encontrara en la lejanía

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De repente, todo se había vuelto sordo; sin lograr percibir su voz, tal y como si se encontrara en la lejanía. Sólo surgía un sentimiento de arrepentimiento, y asomaba tras de él un pensamiento de disculpa que no dejaba lugar a nada más. Aún cuando el otro movía la boca, sugerente de dirigirle la palabra una y otra vez, asentía con simpleza una vez que apreciaba que sus labios paraban de moverse.

Fue en el cambio de clase, mientras revisaba el carrete de su cámara, cuando en la pequeña pantalla se divisó una fotografía que se enfocaba en el exorcista. Recordaba ese día, donde había traído dulce de batata; y, mientras comía, su expresión de felicidad le provocó un escándalo en el corazón. Tanto así, que había decidido plasmar aquel tierno momento que reconfortaba sus latidos para siempre.

No titubeó ni un momento para determinar de que lo cocinaría para entregárselo al día siguiente, aún si tenía nula experiencia cocinando y su futura acción diera a entender que le importaba. Nunca admitiría que lo hacía demasiado, al igual que jamás le haría saber que aquel sentimiento del que todo el mundo hablaba (especialmente Daikon-senpai) era el que había florecido dentro de sí e iba dirigido solamente hacia él.

Por aquel profuso amor que provocaba sus incontenible sonrojos, se hallaba en la cocina de su casa frente a un libro culinario: abierto por las páginas dedicadas a la preparación del postre, mientras su portador se secaba las manos tras lavar las patatas dulces.

Por aquel profuso amor que provocaba sus incontenible sonrojos, se hallaba en la cocina de su casa frente a un libro culinario: abierto por las páginas dedicadas a la preparación del postre, mientras su portador se secaba las manos tras lavar las ...

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Dos [mitsukou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora