El comienzo de nuestro amor

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Empieza la nueva semana y he ignorado las llamadas y mensajes de Sasuke. No deja de pedirme perdón y que se siente muy mal, que me necesita. Pero ya he tomado una decisión, mi paciencia tiene un límite al igual que mi corazón. Lo mejor que puedo hacer es romper los lazos con él y seguir un nuevo rumbo. No estoy solo, Sai y Gaara están conmigo ahora. Les conocí en la discoteca gay por la que deambule por curiosidad, jamás había entrado a uno. Quería distraerme, borrar los gemidos de esa mujer, olvidar a Sasuke aunque solo fueran unos minutos.

Sai y Gaara son pareja y habían salido a divertirse, no pudieron quitar la vista de mí porque decían que estaba muy demacrado. Opté por no mirarme al espejo en el baño, no quería verme, sabía bien que estaba llorando mientras bebía un trago fuerte. Si me emborrachaba poco me importaba, eso me ayudaría a no despertar por un buen tiempo, pero ellos no estuvieron de acuerdo con mi actitud. Se sentaron a mi lado y me brindaron su compañía, me contaron un poco de su vida y eso me hizo tener la confianza de hablarles de la mía. Fueron horas en las que compartí todo con unos hombres que apenas conocía, pero me ayudó mucho soltar toda la bronca e impotencia de mi cuerpo. No pasó mucho cuando me enteré que cursamos en la misma universidad privada, solo que ellos están en una grado mayor que yo, nos pasamos los números y me alcanzaron al departamento en su humilde auto.

Fue una noche agradable, gané dos amistades a cambio de perder la de Sasuke. Su última acción fue suficiente para que me hiciera explotar de golpe y lo mandara a la mierda. Planeamos juntarnos durante el recreo los tres en el patio y hablar de banalidades, están al tanto de lo sucedido con mi ex amigo.

Por otro lado, me han contados de las miradas de desprecio que reciben en la universidad, parece ser ya que todo el mundo sabe que andan en pareja. No temo por lo que piensen de mí al verme con ellos, tarde o temprano yo también saldría del armario. Ahora que no soy amigo de Sasuke, me importa un bledo lo que sus mentes imaginen, soy gay y estoy orgulloso de ello. No es una enfermedad como muchos creen, tan solo otra manera de amar, amé y amo a Sasuke. Tardaré un tiempo en dejar de pensar en él. Y me duele mucho.

Llegar a la universidad e intentar ocultarme de Sasuke hasta entrar a la clase ha sido malditamente dificultoso. Sé que me busca. ¿Por qué no puede dejarme en paz? Tiene tanta popularidad, tiene a tosas las mujeres a su merced, ¿Por qué no me olvida como yo intento olvidarlo? Es la hora y entro junto con el resto de mis compañeros, yo y Sasuke nos sentábamos juntos. Esta vez me senté al fondo cerca de una ventana, nadie ocupa ese lugar así que está bien. Observó a Sasuke entrar con su mochila, me mira y esquivo su mirada inmediatamente. Puedo oír el cuchicheo del resto, todo sabían que éramos muy unidos. Eso se acabo. Siento pasos y más murmullos, hablan de nosotros como si no estuviéramos presentes. Me irrita.

—Naruto, tenemos que hablar.

Su voz, fría pero noto un tinte de angustia. Le encaro desde mi pupitre alzando una ceja.

—¿De qué?

—De nosotros, no puedes hacerme esto. Yo necesito-

—No hay nada de qué hablar, fui claro, Sasuke. Y no des ninguna patética escena aquí, el mundo no tiene que saber lo que sucedió entre nosotros.

—¡No puedes hacerme esto! ¡Se que fue un gran error, soy un idiota y lo admito, pero...!

—¡Cállate!

Me levanté exaltado de la silla y vi al resto mirarme asustados y estupefactos. En serio intentaba mantenerme tranquilo, pero ya no tenía la paciencia que me caracterizaba. No pasó mucho que el profesor entró al salón y a Sasuke no le quedó de otra que volver a su lugar sin mí. Todo parecía normalizarse gracias a la presencia de un adulto, apenas oí el timbre para almorzar salí con una bandeja de comida que me había preparado yo mismo.

No quiero sentir estoWhere stories live. Discover now