Era temprano por la mañana y Mang había salido para tener un picnic solito, ¿Por qué sin Tata? Fácil, el pequeño Tata se había quedado jugando hasta tan tarde por la noche "BTS superstar" que ahora no se quería levantar.
En fin, Mang disfrutaba del aire matutino en su jardín de bayas, mientras intentaba pelar su durazno rosadito que le recordaba a la forma de su novio.
Tata despertó y lo primero que hizo fue preguntar por su novio.
─ ¡Rj! ¿Has visto a Mang? Lo busqué debajo de su colchita y no lo encontré, en el bañó y no lo encontré, hasta debajo de mi colchita y no lo encontré. ¿Y si un secuestrador de Mangs se lo llevó?
─ ¡Tranquilo Tata! No llores, esta en el jardín teniendo un picnic.
─ ¿Un picnic? ¡¿Sin mí?! ¡¿Su adorable novio Tata, el más hermoso del universo universal?! Esto no se va a quedar así, por el rey Fafa que no se va a quedar así.
Tata, muy enojado con su novio, llevó varios plátanos al jardín para aventárselos a Mang por no haberlo invitado a su picnic.
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─ ¡Ay mi cabecita! ¿Quién me está tirando tantos plátanos? ¡¡Me duele!!
─ ¡Eso te mereces mal hombre! ─ Tata lloraba escondido desde un arbusto.
─ ¿Tata? ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que estabas durmiendo.
─ ¿Así que aprovechas que esté durmiendo para tener un picnic tú solo?
─ No me aproveché, fui a tu habitación para preguntarte si me querías acompañar en el picnic, pero estabas durmiendo tan plácidamente que no quería despertarte, solo quería que estuvieras tranquilo teniendo dulces sueños y al despertar, poder empezar nuestras actividades juntos. ¡Pero lo primero que haces es tirarme plátanos!
─ Yo... l-lo siento mucho Mang... no quería... ─ Tata no pudo evitar llorar por la culpa, había lastimado a quien más amaba, esto rompía su tatacorazón en un millón de pedacitos. Mang por otro lado, no soportaba ver a Tata llorar, así que en un intento por calmarlo, empezó a repartir muchos besitos en él hasta que se calmara.
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Al cabo de unos minutos, los dos ya estaban tranquilos, teniendo el picnic que tanto querían. Tata sobando la cabecita de Mang y repartiendo mucho besitos, mientras que este último degustaba su rico durazno.
