21 - VISITA INESPERADA

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Christen

—¿Os importa que os lo contemos mañana? —pregunta Draco un tanto apurado —. Es que estamos agotados. Además, ha sido demasiada información y necesitamos organizarla en nuestras mentes.

—De acuerdo. Lo entendemos —responde el abuelo Viktor —. No creo que pase nada por esperar un poco más.

Suelto un suspiro de alivio al escuchar esas palabras. Ahora mismo estoy tan confundida que soy incapaz de procesar lo que ocurre en mi mente.

—Será mejor que nos vayamos a dormir —propone la bisabuela Camile —. Ha sido un día muy largo y todavía nos quedan dos más. Si no descansamos, no lo podremos soportar.

Poco a poco todos van abandonando el salón. Hemos decidido que se queden todos a dormir aquí, ya que necesitamos toda la ayuda posible. Más cuando sabemos que hay un grupo que quiere destruir los cuerpos de mis padres. Seguro que los padres de Linda andan detrás de todo esto. No me extrañaría nada. Después de todo, querían linchar a mi madre.

—Voy a darle las buenas noches a Ángela. ¿Te importa esperarme en el jardín? Necesitamos hablar y nos vendrá bien un poco de aire fresco —me indica Draco.

Yo asiento. Tenemos mucho de qué hablar. 

Voy a salir del salón dejando solos a los tortolitos cuando me doy cuenta de que Max no se ha ido. Al contrario, está apoyado en la pared con los brazos cruzados y mira a Draco y Ángela con el semblante muy serio. Clamo al cielo divertida. ¿Es que no se va a rendir?

Decido echarle un cable a mi hermanito y me acerco para sacarle de allí.

—Vamos, Max —digo cogiéndole del brazo —. No haces nada aquí.

—¿Cómo que no? —protesta soltándose de mala manera —. Soy el espíritu guardián de la diosa y no me voy a separar de ella.

Le observo alucinada. ¿En serio? ¿Max es el espíritu guardián de Ángela? ¡Pobre Draco! No podía haberle caído una peor.

—Oh, sí. Vas a hacerlo —le ordeno —. Vas a venir afuera conmigo y vas a esperar hasta que salga.

—No —responde volviendo a cruzarse de brazos.

Clamo al cielo. Es imposible con él.

Me vuelvo hacia mi hermano y veo que éste me dedica una mirada de súplica. Un "por favor, llévatelo". Le entiendo perfectamente. Quiere tener un poco de intimidad con su novia y con Max delante es algo imposible.

—Vamos fuera —digo volviéndole a coger el brazo —. ¿Es que no ves que molestas?

—He dicho que no —se reafirma volviéndose a soltar.

Empiezo a perder la paciencia. ¿Es que este tío es imbécil o qué?

—Escucha, Max —digo dándole un golpe con el dedo en el pecho y mirándole fijamente a los ojos —. Ahora mismo vas a salir de aquí y les vas a dar a estos un poco de intimidad o te las verás conmigo. Y no quieras verme enfadada. ¿Entendido?

De repente, Max agacha la cabeza y, sin decir nada, sale de la habitación. Yo sonrío orgullosa y me vuelvo hacia mi hermano quien me dedica una sonrisa de agradecimiento.

—De nada —comento divertida antes de salir de la habitación.

Una vez fuera, suspiro y me apoyo en la puerta. Me alegro mucho por mi hermano, pero en el fondo debo reconocer que me da hasta envidia. Él ha encontrado a su alma gemela, en cambio yo...

No puedo evitar volver la vista hacia la puerta de la habitación donde están los cuerpos de mis padres. Allí se encuentran Kael y Tom conversando animadamente. Soy incapaz de apartar mi mirada del elfo. ¿Cómo puede estar tan bien hecho? Su rostro, su larga melena, su perfecto cuerpo...

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora