삼십육

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    Los tres chicos emprendieron su rumbo hasta la casa del menor de los cuatro, Chan. Los dos mejores amigos hablaban y reían, mientras que el mayor de todos sólo los observaba con una pequeña sonrisa en sus labios. Y no era por la conversación de los otros dos chicos, ni por los chistes que estos contaban, sino porque su mano y la de su novio no se habían soltado en todo el camino. Él mismo se aseguraba de no tocar otra parte del cuerpo del menor, no quería hacer que se asustara en medio de la calle. Por cosas como esas siempre se mantenía encerrado en su hogar, en esas cuatro paredes que le impedían verse como un monstruo enfrente de las demás personas.

Llegaron la casa de menor y tocaron el timbre. Esperaron unos segundos hasta que la puerta fue abierta, dejando salir de esta a un Chan con la pijama puesta y el cabello despeinado.

— Amor, llegaste! — Chan se lanzó encima de su novio para darle un beso en la mejilla

— Hola bebé - Jun le respondió con una sonrisa mientras lo abrazaba, hasta que el menor se dio cuenta de que habían otras dos personas enfrente de ellos

— Oh Byeongkwan viniste! te escapaste de la cueva?

- Hola también a ti Chan, yo estoy bien gracias por preguntar - el castaño decidió ignorarlo para prestar atención al otro muchacho

- Sehyoon Hyung usted también está aquí! Bienvenido - le brindó una sonrisa - Y por cómo están sus manos de juntas me imagino que ya te comiste a Byeongkwan, cierto?

— CHAN!! - gritaron al mismo tiempo sus dos amigos

Sehyoon no entendía a que se estaba refiriendo su menor, desde la vez que lo vio asomado en la ventana de Byeongkwan le pareció un chico super raro. A veces no entendía la forma en la que hablan o se comportan los chicos de su edad, pero nunca le prestó atención a aquellas acciones. Todo cambió en el momento de conocer a Byeongkwan, éste le hizo ver la vida de una forma muy diferente a la que ya estaba acostumbrado.

— Chanie podemos entrar a la casa o nos dejarás todo el día parados acá afuera tomando sol cual tejas?

— Ah, sí claro, entren por favor — dijo separándose de Jun, pero entrelazando sus dedos — No sabía que Byeongkwan y su novio iban a venir Junie. Tienen suerte de que mi mamá haya salido a comprar unas cosas para la cena - Todos entraron a la casa cerrando la puerta tras ellos.

— Eso quiere decir que estás solo en casa, cierto bebé?

— Por los momentos sí, aunque dijo que no iba a demorar. Por qué amor, tienes algo en mente?

— No realmente bebé, sólo preguntaba

— Pero Jun, recuerdas que debes hablar algo en privado con Chan? - Byeongkwan trató de hacer que el menor de todos se fuera de allí para poder revisar la casa tranquilo

- Hablar sobre qué? - con la mirada que le dio su amigo entendió todo - ah sí, es cierto. Ven Chanie, vamos a tu habitación

Tomando la mano de su novio se lo llevó consigo hacia la habitación de éste, dejando solos a la otra pareja, dándoles la libertad de buscar la piedra en aquel lugar.

- Ya es hora Yoonie, empecemos a buscar la susodicha piedra - el menor soltó la mano de su novio después de mucho tiempo para ponerse a buscar

- Qué? Así como así? Sin decirle nada a el niño? Digo, es su casa. No deberíamos pedirle permiso primero?

- No podemos decirle a Chan que vamos a revisar su casa sólo por encontrar una piedra. Es la primera vez que estoy aquí y sería algo raro que viniera hasta acá sólo para eso.

El mayor sólo asintió y se pusieron a revisar por todo el lugar, tratando de no dejar ningún tipo de desastre, el cual pudiera poner en problemas a Chan. Buscaban por todos los lugares y rincones de la sala en silencio, hasta empezaron a revisar el comedor y la cocina pero no había ni rastro de aquella piedra.

- Oye amor tengo una duda... Cómo se supone qué es esa piedra?

- Igual a un piedra de Jade

- Y esas cómo son?

- De un color verde oscuro brillante, con forma de óvalo y pequeñas rayas de... ¡Pos como son las piedras de Jade Byeongkwan!

- Discúlpeme por no saber cómo son esas piedras señor geólogo. Nunca he tenido una de esas joyas en mis manos Sehyoon, no puedes culparme por ello - el menor se cruzó de brazos haciendo un adorable puchero para los ojos de Sehyoon

- Lo siento mucho Kwannie, no quería parecer grosero. Es sólo que realmente no me quiero encontrar con dicha piedra. Me trae muy malos recuerdos, los cuales sólo quiero tratar de olvidar

- Ya lo sé amor, pero es necesario encontrarla - se acercó un poco a donde se encontraba su novio- No debes temer, ahora me tienes a tu lado, yo haré que tu vida sea un poco más feliz

- Pero puede que encontrarla no funcione de nada, que todo esto sea sólo una pérdida de tiempo

- No seas tan pesimista amor, confía en mí, va a funcionar - con mucho cuidado tomó lentamente ambas manos de su novio, sonriéndole de manera dulce para darle un poco de confianza

- Y qué pasaría si vuelve a suceder algo malo por mi culpa? Si algo te llegase a pasar y yo fuera el culpable de eso, no me lo perdonaría nunca en la vida.

- Déjate ya de esas ideas amor, nada va a pasar, todo estará bien. Recuerda que nada de lo que pasa o pasó es tu culpa, no me gusta que te eches la culpa por todo ello.

Ambos se vieron a los ojos con una sonrisa, conectando sus miradas por unos segundos que para ellos parecían días. No había necesidad de darle una respuesta a aquello, sólo confiar en que las cosas saldrían bien siempre y cuando estén juntos. Sus rostros se fueron acercando poco a poco con la intención de tocar nuevamente sus labios, pero no pudieron hacerlos ya que alguien había salido de su habitación arruinando aquel dulce momento. 

El Chico de Enfrente - WowKwan (A.C.E)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora