Please, remember me and love him.

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Yoongi estaba viendo esa fotografía una vez más y sus manos estaban temblando, el recuerdo le dolía demasiado.
Sus lágrimas volvieron a caer haciendole llorar muchísimo más alto.
Pero en fin, no servía de nada llorar si él estaba completamente solo, tirado en el suelo de su baño, a oscuras.
Se había dormido en el baño pero eso era mentira. No podía dormir desde hace 12 noches, se despertaba con un terrible dolor de cabeza.

Habían tocado el timbre pero él no estaba acostumbrado a contestar así que dejó que este sonara.
Escuchó como volvían a tocar pero mas suave, "Debe ser Hoseok" pensó pero solo soltó lágrimas.
Él no volvería a tocar su puerta nunca más.
A pasos tristes y arrastrados miro por el cerrojo y era Jimin, Yoongi solo escogió decir que no vuelva.

Él solo se fue y Yoongi se internó nuevamente en el sillón para poder fumar otro cigarrillo y toser. Aunque fuese asmático sabía que quería tener alguna adicción para olvidar el pasado presente en su mente, en su adolorida mente.

Mientras Yoongi abría otro paquete vió su tatuaje, el que esta en su muñeca, el que le recordaría por siempre que estaba conectado a esa persona. Solo se quedó mirándolo, recordando esa promesa, mientras con su mano sostenía ese cigarrillo que se estaba consumiendo de a poco y las cenizas caían a la alfombra, la cual no limpiaría.

"Agosto de 2011, 17 años, dos jóvenes salían de un negocio con dos tatuajes exactamente iguales, tatuados con el mismo sentimiento y en el mismo momento, era tonto su tatuaje sin dudas. Un tanto infantíl, pero lo necesario para ese par de amigos que jugaban en la playa al amanecer, teniendo miedo de que una ola de mar se los llevase a alguna tierra sin descubrir.
Ambos tenían una pluma en la muñeca, Yoongi una negra mientras que Hoseok una blanca, siempre pensaron que eso significaba ser las alas del otro, juntos hacían el gris y a su vez ese era su entendimiento a un "Yin yang".
Sus padres los retaron claramente.
Pero ellos seguían felices."

Sonrió con tristeza, todo se fue a la mierda y él seguía teniendo ese estúpido tatuaje en la piel, recordándole hasta el fin de su miserable vida.

Eran las dos de la tarde y Yoongi seguía intentando lidiar con sus fantasmas. Recibió una llamada, era la número quince, sin contar las anteriores, que Jimin le mandaba y esta vez respondió, pero no iba a hablar.

-Yoongi, dios mío, llevo días tratando de que abras esa maldita puerta para poder abrazarte- suspiró su amigo, el que había conocido con Hoseok- sé que no querés ver a nadie pero por favor dejame entrar- suplicó desesperado.

-La llave está enterrada en la tierra de la maceta - eso es lo único que dijo y le cortó, estaba harto de que lo moleste pero quizas le haría bien verlo.

Yoongi se desmayó en sueño minutos después, en contra de todas las luchas internas que hacía por quedarse despierto, pero lo despertó ese sueño otra vez, y seguían habiendo lágrimas en sus mejillas y en sus ojos, cayendo sin querer parar.

La puerta se abrió, podría haber sido un ladrón pero no, era Jimin. Cuando él lo vió tirado en el sillón corrió a abrazarlo dejando la puerta abierta.
Yoongi lo quería empujar pero no tenía fuerzas así que solo se dejó abrazar.

Ahora Jimin limpiaba, Yoongi lo miraba detenidamente, él estaba tirando cigarrillos y colillas que se habían acumulado en la sala.
Quitó la mugre del espejo y lo mandó a bañarse mientras cocinaba algo que no fuese tan difícil de hacer.

Yoongi prendió el agua y vió cómo se llenaba la bañadera y se adentró ahí, su vista estaba perdida en la canilla que goteaba, pero eso no fue lo suficientemente fuerte para distraerlo por completo. Se baño después de muchos días pero seguía sin relajarse.

No había tocado su comida, estaba mirando fijamente al plato y pinchando el tenedor en algún espacio blanco que quedara libre.
Jimin había dejado de comer, tenía sus dos manos entrelazadas y lo miraba.

One Shots YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora