Prólogo.

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Recién de madrugada las pesadillas vuelven, mi pulso se acelera y noto gotas de sudor en la frente, recuerdo esas risas contra mí, esos insultos, esas bromas, dedos señalándome en pasillos que parecían líneas sin final, críticas destructivas, que te hunden hasta el fondo, bajo el subsuelo.

Me levanté de la cama con las sábanas pegadas a mi frágil y flaco cuerpo, dirigiéndome al baño principal. Encendí la luz y el brillo cegó mis ojos hasta que se acostumbraron. Abrí el grifo y empezó a salir agua congelada, lo que necesitaba ahora mismo porque mi temperatura corporal era exagerada, y me la eché directamente a los ojos y luego al resto de la cara, suspirando profundamente para que mi corazón palpitara con normalidad. Cerré los ojos apoyando la frente en el espejo, los volví a abrir y, me encontré con una cara donde las reinas eran las ojeras moradas, y los príncipes esos labios cortados y sin color temblando de frío a causa de las baldosas que estaba pisando, me sequé la cara y fui hacia mi habitación, donde encendí la lamparita de luz para ver mejor en la oscuridad.

Abrí un cajón de la mesilla y saqué un álbum donde guardaba todos mis recuerdos del año pasado, bueno, de los pocos momentos buenos del año pasado, y ahí había una foto, donde estábamos mis mejores amigas y yo el último día de curso.
"No tendrías que estar viendo esto si quieres superar tu pasado".

Mi subconsciente tenía razón, ahora tenía que vivir mi presente, vivir de verdad, sin ataduras de un pasado que, supuestamente, está en un cajón que jamás se volverá a abrir.

Cogí una carta donde escribí todo lo que sentía un fatídico día, donde nada podría ir peor, donde todo podía destruirme un poquito más.
"No, no puedo con esto más mamá. Intento ser la hija que siempre has querido: inteligente, madura, constante... Pero me es imposible.
Salir de clase con la cabeza gacha para ignorar las voces que cuchichean sobre ti, los dedos amenazadores, las críticas, han podido conmigo.
Intentéserfuertemamá, intenténollorar, nodejarme vencer, perohacerlosolaeraalgo subrealista. Te necesitaba conmigo, amor de madre, un amor que jamás voy a perder, eso necesitaba. Y no conseguí nada, tan solo reproches tuyos, insultos que salían de tu boca fueron las gotas que colmaron el vaso.
Te quiero mamá, pero has perdido a tu hija.
Yo me he perdido a  misma."

Lloré, empecé a notar las lágrimas saladas provenientes de mis ojos, guardé la carta, volví a mi cama y con un suspiro más, intenté dormir de nuevo.

Abril.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora