Parte (1-3) : Viaje 2153

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Empezaba la cuenta regresiva, y cada vez me sentía mas listo, mas preparado, mas ¿asustado? Mi corazón sonaba, y el tiempo se paró, y ahora puedo recordar todo con claridad, un simple muchacho, que estudio en el 2136, la carrera en una de las universidades mas prestigiosas de el mundo, solo para entrar en la NASA. Un sueño hecho realidad; una verdad que se volvía un sueño.





Nací en el 2117, y no, no es lo que se esperan que va a ser, si hay autos voladores y esos molestos robots, pero nada es como me dicen mis abuelos que lo pintaban en el 2034; todo es mas sincronizado, mas aburrido, no hay diversión para nada, o al menos eso creía yo, hasta el año 2126, donde ya iba en 3ro de primaria, y mis gustos por el espacio y sus galaxias se aumentaron, en mi mente compartía muchas cosas conmigo mismo, pero con quien más hablaba era con mi mejor amiga, una niña un año menor que yo, pero que ya había hecho tres años de llegar aquí, y yo no lo sabía, el primer día de escuela para mí, y el primero de ella llegar a vivir aquí a el vecindario o algo así me dijo. Así que cuando salí de la escuela mis padres estaban con los padres de ella en la sala mientras ella jugaba con uno de mis juguetes de dinosaurio favorito, no me moleste ni nada, es mas fue muy amigable el saludo que le di, ella me respondió, y yo me enamore en el momento, obvio amor de niños. Sus padres se quedaron en mi casa hasta tarde, y simplemente ella y yo jugamos y reímos el uno de el otro por horas; hasta que me dijo que el año próximo ingresaría a mi escuela, la cual no queda muy lejos de aquí, y además ya estábamos acercándonos a las vacaciones de navidad, así que no podía esperar mas que simplemente pedirle a Santa Claus, en todas las cartas que le hice, literalmente en todas, le pedí que por favor adelantara el tiempo para ya poder así fuera solo en el recreo, verla, una niña muy pero muy simpática, era todo mi tipo, me seguía los juegos las locuras, no había nada que ella no hiciera que yo tampoco; fuimos creciendo y mis pensamientos sobre el espacio y todo eso, fueron creciendo conmigo también, es mas patente una nueva teoría sobre fuera de nuestro universo, la cual después de muchos años de arduo estudio me hizo ser el dueño de un premio Nobel de Física.





Pero por el momento hablemos de mi niñez y adolescencia, las cuales fueron las mejores etapas de mi vida;





De niño, bueno eso antes de conocerla a ella, era muy tímido, la verdad me daba temor inclusive ir a algún market a surtirme de los robots tenderos, que por cierto son aterradores; pero cada día iba aprendiendo que no había de que temer, unos cuantos se habían revelado en Rusia, pero eso está muy lejos de aquí; así que una vez me dije a mi mismo:

- ¡No hay de que temer, son solo maquinas!

Y de esta manera, logre perderles el miedo a estas espantosas cosas.



También recuerdo que era algo fanático a los videojuegos, específicamente, los de acción; obvio que tuvieran que ver con misiones en el espacio y todo eso, tal como lo fue la última versión de Halo, era maravilloso, hasta que de un momento a otro empecé a interesarme mas por el estudio, ya que iba a pasar a la preparatoria, en sexto grado, así que necesitaba estar centrado en ello para sobresalir, y poder lograr lo que me estaba proponiendo, lograr entrar a la misión 2153 sin retorno, de expedición espacial.



Mis padres por otro lado, querían que yo estudiara derecho, o algo parecido a las leyes, cosas aburridas, tal y como lo habían hecho en nuestra familia por generaciones; obvio yo no estuve nunca de acuerdo, era un pequeño niño de apenas 10 años pero sabia bien lo que quería conmigo, ser astronauta, o trabajar para el gobierno en la NASA, fue el sueño mas ambicioso que nunca pense que tendria; y que ni siquiera por mi cabeza se me pasaba que sería cumplido tal sueño.



Cuando ella llego a mi vida, me convertí en su protector, en su amigo mas confiable y sobre todo leal; teníamos unos apodos para comunicarnos, y los usábamos en todas partes; no había un lugar donde no nos llamáramos así; P & K, tallamos eso en el árbol que siempre visitábamos todas las tardes después de clases, y hasta la ultima vez que fuimos allí, aun perduraba la talladura en aquel roble.

Viaje 2153Where stories live. Discover now