Dos personas, o demonios, totalmente diferentes que han sufrido tanto en vida como en muerte. Llenando su entorno de sonrisas que ocultan lo que nadie debe ver. ¿Que pasa cuando te ves al descubierto por la persona menos pensada?
_LA SERIE HAZBIN HO...
Un día relativamente normal en el Hotel Feliz, había pasado un mes desde la llegada del Demonio Radio al edificio junto a sus dos fieles sirvientes, Husk y Nifty, el primero es un gato arisco, gruñón y alcohólico pero en el fondo es buen amigo de Alastor. Charlie esta más que feliz porque le ayudara, aun sabiendo sus verdaderas intenciones, pero ayuda es ayuda, en cambio Vaggi esta muy pendiente de cada movimiento del pelirrojo, dijo que no venía a dañar a nadie pero no se confiaba ni un poco, la rubia trataba de que calmarla y hacer que no este tan nerviosa y tensa, hasta cierto punto lo lograba pero no duraba mucho ya que la imagen del demonio y su risa burlona llena de malicia la hacían ponerle los pelos de punta, no bajaba la guardia. El Demonio Radio había hablado con Charlie para cambiar el nombre del edificio a "Hazbin Hotel" pero la chica no estaba muy segura ya que pensaba que no era muy apropiado.
Y luego estaba Angel Dust, que salía cuando le venía en gana y volvía al terminar de "trabajar". En cuanto llegaba ponía su sonrisa altanera de superioridad, si se cruzaba con alguien hablaba un poco, hacia algún que otro chiste sarcástico y después se iba directo a su habitación en el Hotel. Cuando cerraba la puerta su cara no era la misma, se ponía serio y hasta inexpresivo, se quedaba ahí parado por un tiempo para después ir a su armario, sacar toda prenda que llevaba conservando solo la ropa interior. Caminó a su espejo de cuerpo entero y miro todo su cuerpo, realmente le gustaba su forma de ser, sus piernas largas y elegantes, sus brazos delicados pero fuertes, su pelaje tan suave blanco con manchas rosa, y su parte favorita, el prominente pecho abultado que no dejaba nada a la imaginación con los trajes que usa. También le gustaba su rostro, que no se queda atrás, sus ojos bicolor traviesos y agudos con esas manchas rosa oscuro, su sonrisa coqueta mostrando sus colmillos, su peinado algo rebelde pero bien cuidado. Ahora, la imagen en el espejo, no es lo mismo, si bien así parecía, no lo era. Lo que veía era una prostituta que usaban y desechaban a su antojo.
Cansado de verse se dirigió a su cama y dejó que las sabanas lo abrazaran. Se quedó dormido después de unos minutos.
De la oscuridad, sin hacer ni un ruido emergió una figura rojiza siendo seguido por su sombra. Desde que llegó, Alastor sintió una enorme curiosidad por el demonio araña, sus ocurrencias le parecían extremadamente interesantes, ya sea un chiste con doble sentido o un movimiento atrevido en busca de llamar la atención. Era una especie de caja de sorpresas, nunca sabes que va a salir de ella, lo supo en el momento en que le hizo esa propuesta indecorosa. Esas primeras palabras que cruzaron.
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Desde entonces a estado pendiente de sus movimientos, es consiente de los servicios que proveía el chico, no le interesaba pero la primer noche que decidió espiarlo encontró algo que no habría podido imaginar, con el tiempo descubrió que todo esto era rutina, pero lejos de ser aburrido solo hacían que su curiosidad creciera más. Pensaba que el peli blanco disfrutaba de su trabajo, no sólo de prostituta sino también de actor en películas de adultos, por lo que tenía entendido tenía muchos fans. Y ni hablar de las drogas, su propio nombre artístico viene de ese tipo de sustancias. Creía que era divertido para el, una vez lo siguió sin ser visto hasta Porn Studios, no llegó más lejos de la recepción ya que corría el riesgo de ser descubierto y no se encontraba con la necesidad de armar un escándalo por una guerra territorial, el punto es que antes de perder a Angel de vista observó algo extrañamente interesante, Valentino lo estaba esperando con los brazos abiertos y con una mirada llena de deseo, cuando estuvo frente a frente con el actor lo atrajo hacia su cuerpo para estar bien pegados y poder tocar sin pudor todo lo que este a la mano, lo curioso de esto es que Angel hacía lo posible para cambiar de tema, miraba a otro lado y reía nervioso, parecía muy sumiso y asustado, ¿Donde está esa caja de sorpresas llena de ocurrencias y comentarios sarcásticos? Luego de eso, el arácnido fue prácticamente arrastrado hacia el interior del estudio y de ahí no supo más hasta que volvió al Hotel con lo que creía era una falsa sonrisa que aparentaba satisfacción por haber pasado un buen rato.
