Prólogo

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Ellis Smith:

Un día,como si fuera una irónica obra del destino viajé a Amsterdam; tuve un impulso loco que me dijo que era el primer día del resto de mi vida, sería único, inolvidable.
Mi instinto no falló; caminando por una calle cualquiera del hermoso paisaje que mis ojos veían, me crucé con él.
Un chico sencillo, pero elegante. Portador de una rulosa cabellera negra, unos preciosos ojos que eran como el mismísimo mar y una inocente, pero deslumbrante sonrisa acompañada de un ligero hoyuelo que se asomaba.
   Abrí y cerré en un pequeño segundo mis ojos, porque aquella figura que ante mí se presentaba, era maravillosa. Pero fue aún más asombroso cuando sus esferas azules se dirigieron directamente a mí, generando una sonrisa y un tímido rubor en mis mejillas, parecía un sueño.
   Pasó a mi lado y rozó suavemente mi mano, haciendo que volteara a verlo, y éste me ofreció una sonrisa de lado,una muy juguetona.

Y esa fue la primera vez que soñé con ese muchacho. Su imagen, desde ese momento, me acompañó cada noche, como un recordatorio de que la perfección podía resumirse en un único ser humano. Me desquició tener que abrir mis ojos.

Luego, al día siguiente, regresó, como la dulce brisa en primavera y allí lo conocí en verdad. Fue en Job's, la cafetería cercana a mi trabajo. Es difícil decir en que momento lo reconocí, estaba abrumada por el trabajo; pero cuando vi sus característicos ojos azules, lo supe. Una sonrisa bastó para provocar una charla e introducirlo en mi vida. Lo que menos imaginé, es que de allí en más, dejaría de ser un desconocido cualquiera, para ser mi desconocido.

Anoche Soñé Contigo.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora