capítulo 16 El desafío más difícil.

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Narra Lucía

No puede ser, no puede ser, que hacen mis padres, en que momento fue que llegaron y porque nadie me dijo que iban a venir.

Lucía: Papá, mamá ¿qué hacen aquí?

Mi padre Lucas y mi madre Angélica, siempre me han apoyado en todo momento y me corregian cuando me equivocaba, los considero los mejores padres que pudieron existir.

Angélica: No sabes lo preocupados que estábamos por ti, porque nunca llamaste o te comunicarte con nosotros, tuvimos que llamar a Sofi para ver si sabía algo de ti y nos enteramos que ya llevas más de 2 meses fuera, acaso no pensaste en la manada.

Mamá parece muy enojada, ella siempre fue un poco más exigente que papá y sus castigos eran un poco más severos, tal vez sea porque papá me consentia más, ya que soy hija única y según él "siempre seré su princesita así sea una anciana y sólo dejaría que este con alguien a mi altura y además que fuera más fuerte que él".

Lucas: Tranquila querida, lo más seguro es que Luci tenga sus motivos y razones, escuchemos que tiene que decir.

Lucía: Lo que sucedió es que Daniel sufrió un accidente y tan pronto escuché eso me vine con Adán para ver como estába. (La ropa que llevaba para ducharme la puse en mi hombro izquierdo para evitar que papá  viera la marca)

Angélica: ¿Qué, cómo está él? aunque sea un lobo aún es un niño y no tiene la misma capacidad de sanación.

Lucía: Cuando llegué y fui a verlo resulta que estába bien, resulta que una persona recibió el golpe del automóvil y eso evitó que tuviera heridas de gravedad.

Angélica: Gracias a la Diosa Luna y esa persona ¿cómo esta?

Lucía: Bueno, no lo supe hasta después... Esa persona después de evitar que Daniel resultará lastimado sólo se fue, tía Sofi dijo que la única pista de él será su olor en la ropa de David ya que bueno lo protegió con su cuerpo además tienen un poco de su sangre, por el accidente.

Lucas: Y no lo has encontrado y estas buscando para agradecerle, por ello no has regresado

Lucía: Bueno... mande que Adán trajera la mochila donde estaba la ropa de Daniel, el olor de Daniel predominaba y era fuerte por lo que cuando me paso la mochila no pude reconocer otro olor, pero al abrirla lo pude percibir.

Angélica: Que bueno, ya tienes su olor así que es cuestión de tiempo para que encuentres a esa persona, aunque me extraña que no lo allás encontrado ya.

Lucía: Mamá, papá, podrían dejar que terminé.

Lucas: Perdona, continúa.

Lucía: En realidad si encontré a esa persona que ayudó a Daniel y ya le agradecí por ayudarlo en ese momento, pero resulta que no sólo lo quise encontré porque salvó a Daniel, cuando abrí la mochila pude percibir el olor más exquisito que en toda mi vida no e podido oler. (Papá estaba desconcertado pero la cara de mamá tuvo un brilló especial y una gran sonrisa se mostró en su cara.)

Angélica: Hija estas tratando de decir lo que yo creo que dirás.

Lucía: Si mamá.

Lucas: Un momento, un momento, ¿qué es lo que está tratando de decir? no entiendo.

Lucía: Papá, lo que quiero decir... encontré a mi mate.

Angélica: Haaaaaaa que felicidad, ¿cómo es? ¿a que manada pertenece? ¿cuántos años tiene? ¿cómo es su lobo?

Mamá comenzó a bombardearme con preguntas, además de abrazarme y saltar como si fuera una adolescente, muchas veces hable con ella del como sería cuando encontrará a mi mate, mire a papá que sólo tenía una mueca de desagrado en la cara.

Sin debilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora