Eleonor fue quien llamo, le hicieron muchas preguntas y ella las contesto lo mejor que pudo, sin embargo, cuando llego la hora de decirle a la persona detrás de la línea desde cuando se sentía mal la pequeña dudo si responder esa pregunta o hacerse la desentendida, pero algo dentro de ella hacia que se sintiese mal cada vez que mentía, por eso comenzó a relatar toda su aventura nocturna con su hermano sin perdidas de detalles. La persona que se había presentado como el doctor Alonso le dijo que inmediatamente mandaría a profesionales para analizar mejor la situación de ella y su hermano, le pidió que no se movieran de donde estaban y que no tocaran muchas cosas a su alrededor.
Después de dos horas de espera, la pequeña ya estaba harta de seguir en la sala fingiendo interés hacia los cojines de los sillones. La opresión era peor que el día anterior, la poca fuerza con la que había despertado disminuía cada vez más y estaba segura que Aron se sentía igual, pero no se lo decía para no asustarla al igual que ella con él.
- nor, ¿estas segura que vendrán?. – escucho a su hermano murmurar desde el suelo aun lado de ella –
- No lo sé, pero ya estoy harta – protesto –
Cuando estaba por levantarse unos golpes en la puerta de la entrada llamaron su atención, no estaba segura si abrir o correr escaleras arriba a esconderse debajo de la cama mientras sostenía la mano de Aron como tantas veces lo había hecho cuando sus "padres" llegaban ebrios a casa.
Con las piernas temblorosas se dirigió hacia la puerta, su mirada divagaba entre el pomo y el piso, su mentecita se ilumino y recordó que siempre debía preguntar quién era antes de abrir.
- ¿Qui... Quién es?. – su vocecita temblaba –
- Soy el doctor alonso, recibí una llama de una niña hace un par de horas. – pronunció la persona desde el otro lado de la puerta –
Rápidamente abrió la puerta, pero en vez de encontrarse al típico doctor con bata blanca, un estetoscopio en el cuello y un maletín en mano solo podía ver alrededor de cinco personas con trajes blancos cubriendo su cuerpo completo y dos ambulancia en la acera de su casa donde otras dos personas igual de vestidas se encontraban, el miedo de que fueran posibles secuestradores de niños invadió su cuerpo pero en vez de cerrar la puerta de su casa y salir corriendo escaleras arriba junto aron se quedó paralizada en la puerta con las lágrimas al borde de sus ojos.
El doctor y las demás personas encargadas del transporte y de ayuda específica por su complicación respiratoria se dieron cuenta del miedo en los ojos de la pequeña y rápidamente se apartaron unos pasos, no querían hacer de la situación un suceso traumático para ella. El doctor Alonso quien estaba frente a la entrada, se acuclillo frente a ella y puso sus manos frente a él, extendidas, dando la sensación de que no portaba nada en sus manos para hacerle algún daño inminente.
- Mi nombre es Alonso, soy al doctor al que contactaste, no venimos a hacerte daño, sé que los trajes pueden ser extraños pero son para no contagiarnos del virus por si llegase a ser el caso de que ustedes realmente estén infectados. – concluyo, con la esperanza de que eso lograra calmarla un poco –
- ¿ustedes?. – escucho como preguntaban a su espalda –
En ese momento fue cuando se dio cuenta de que hacía falta una pequeña variable en su ecuación, miro a la niña limpiar las pequeñas lágrimas que se le habían escapado de sus hermosos ojos color miel, le recordaba a su hija, se reincorporo e inspeccionó con la mirada el interior de la casa pero no había ningún rastro de haber otra persona en ella.
- Dijiste que tu hermano y tu tenían síntomas, ¿verdad?. – miro a la pequeña asentir mientras se movía hacia un lado invitándolo a pasar – ¿dónde está él?
- Está en el suelo, detrás del sillón – comento mientras lo señalaba –
- ¿Qué te parece si entro por él?. – pregunto mientras extendía su mano hacia ella –
Sujeto su mano con la poca fuerza que le quedaba y extrañamente mientras se dirigían al fondo de la habitación Eleonor se sentía cada vez más débil con cada paso que daba.
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TWINS
Short StoryEleonor no podía dejar de ver el pequeño atrapa sueños de colores en su mano, le parecía realmente hermoso, se mantenía dentro de un pequeño plástico translúcido que ella suponía protegía su belleza. En cambio Aron estaba asustado de la reprimenda q...