Vámonos Ellie, solo tienes que matarla, tú sabes cómo.
-¡Déjame! Por favor, cállate y déjame sola.- dije sin aliento y sentí las lagrimas rodando por mis mejillas, tenía miedo y la única manera era matarla, lo sabía, pero ya no podía más.
Hazlo, vamos, solo tienes que acercarte a ella, sacar la jeringa y matarla, nadie se dará cuenta .
-No puedo, no puedo, yo...- no pude terminar la frase, ya estaba delante de ella, estaba sentada en una silla, con un libro en las piernas, leía "Romeo y Julieta",patética historia de amor, pude notar sus ojeras como si no hubiera dormido en varias noche, no la culpo aquí nadie puede dormir, el sanatorio tiene vida en la noche, pero al parecer sólo basta un descuido para escapar.
Sabía perfectamente dónde estaba la jeringa, la tomé de la bolsa de su bata, no quería hacerlo, lo juro, pero era ella o Yo. Así que la tomé, me arodillé, esa voz me repetía una y otra vez que lo hiciera, no podía con la presión y la clavé en su cuello, ella saltó, me miraba con esos ojos café fuerte, su mirada mostraba confusión, angustia y terror, me sorprendió disfrutar como caía y gateaba, quería tocar el control, pedir ayuda y con seguridad que ahora tenía agarré el cuadro de la habitación y con todas mis fuerzas la golpee en la cabeza.
Tenía mis manos teñidas de un rojo vivo, al igual que mi camisón y la cara.
Muy bien, empecemos una nueva vida, todo saldrá bien.
-Todo saldrá bien.- me repetía mientras del closet del consultorio sacaba una bata y un pantalón blanco.
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Querida amiga imaginaria
Teen Fiction"No te preocupes, a ellos no les importas, no saben que existes, les eres indiferente, pero yo te puedo ayudar, confía, confía en mi, Yo te ayudaré a que sepan quién eres" No sé por qué pero confíe en esa voz que jamás había escuchado pero que me d...