El viene detrás de mi no puedo detenerme, mis pies duelen pero sigo corriendo no puedo permitir que me tome, si lo hace el resultado será terrible lo sé, el nunca tiene piedad. lagrimas salen de mis ojos, la desesperación se vuelve más fuerte me deja sin aire, una pared no tengo salida el esta cerca, oigo sus pasos veloces, ansiosos por encontrarme. "no no puede hacerlo, por favor no me lastimes más ya no quiero mas" me tiene esta aquí me agarra me arrastre, una ves más se que es el fin.
Me despierto gritando, el aire escapa de mis pulmones otra pesadilla a cortado mi noche, trato de calmarme, regularizar mi respiración mientras seco el sudor de mi frente. Pero nuevamente mis sentidos se ponen en alerta pasos se acercan, me tensó, pero al ver quien se asoma a la puerta todos mis miedo se desvanecen.
"El ya no está aqui"
-¿otra pesadilla?, te escuche gritar- dice mi hermano mientras se acerca a mi. suspiro levemente y solo asiento. -tranquilo ya todo a pasado- me rodea con sus brazos y acaricia mi espalda para lograr calmarme.
Mi hermano es lo único que me queda, él me acuidado desde siempre nunca me ha dejado solo desde que mamá murió, en realidad simplemente se quitó su vida, no pudo aguantar más al horrible monstruo que vivía en nuestra casa y no la culpo yo hubiese hecho lo mismo, si no fue por noah quien me mantuvo en la superficie sin dejar que me ahogue.
¿él monstruo? se preguntarán, pues el era mi padre un señor que sin ningun vergüenza llegaba cada noche pasado de copas y se desquitaba con el primero que estuviera enfrente a él. tristemente siempre era mi madre, pero cuando ella se quitó la vida, solo quedábamos noah y yo, y al ser más débil yo siempre fui su primera opción. se preguntarán dónde está pues, alguien nos hizo un favor y lo asesinó, no tengo tristeza por su muerte, simplemente se lo merecía.
-ey debes tratar de dormir otra ves ¿de acuerdo?- mi hermano acuna mi cara en sus manos mientras me sonreí dulcemente. El es la persona que más adoro en el mundo, siempre luchó por nosotros dejo atrás todos sus sueños para encargarse de mi, incluso tuvo que madurar más temprano de lo que se debe, nunca podré devolverle todo lo que hizo por mi.
-si de acuerdo, tu tienes que trabajar, perdona por despertarte- me sentí mal ya que es la cuarta noche en la que se despierta para venir a consolarme, aunque el diga que no es problema, me siento mal se que el llega cansado luego de un largo día de trabajo.
-no es problema- dice mientras acaricia mi cabello -trata de dormir, sabes que el ya no está aquí todo estará bien- asiento rápidamente y me acomodó debajo de las afrasadas, mi hermano avanza hacia la puerta me da un último vistazo y se va.
es tan difícil poder mantenerse cuerdo con tantos recuerdos tormentosos, hay veces en las que simplemente quiero acabar conmigo pero que se que debo resistir por noah, el lo ha dado todo por mi y no puedo abandonarlo de esta manera.
sus ojos están sobre mi, alza su brazo, se lo que viene se que dolerá, ya lo siento el ardor al lado de mi cara, tengo miedo porque es solo el comienzo.
La alarma me saca de mi sueño, suspiro un nuevo día debo sobrevivir. me levanto y voy a ducha tratando de sacar todo lo malo tratando de relajar mi cuerpo, el agua fría me golpea contra mi cara es la mejor sensación, alivio es lo que siento.
Me quedo unos 20 minutos bajo la ducha hasta que escucho como mi hermano llama para que baje desayunar, me apresuro para salir y colocarme la ropa, hoy usaré algo casual unos jeans junto con una remera negra y una campera gastada que me encanta usar.
salgo de mi habitación y escucho la televisión, "una ves más el asesino de las rosas a vuelto hacerlo, ayer fueron encontrados dos cuerpos en el descampado..."
-ya estás aqui- dice mi hermano, no había notado que me había quedado parado observando la tele, el asesino tenía a todos preocupados, andaba suelto y asesinaba sin piedad cualquiera grandes, adolecentes, ancianos, nadie sabía quien era la única pista que se tenía era la rosa que dejaba como firma después de que su obra fuera completada.
-si estoy aquí-le respondí, tome un lugar en la mesa para poder desayunar, era simple una taza de café con una tostada, no me gustaba algo tan cargado sino seria difícil moverse en la mañana.
-debes tener cuidado, esta muy peligroso allá afuera- dice mi hermano mientras observa la tele, simplemente respondo con un asentimiento de cabeza sin darle mucha importancia.
-hablo enserio- clava su mirada en mi, se que se preocupa, pero no debía preocuparse
-no debes exagerar, se sabe que asesina solo a gente que ha hecho daños a otros- y era verdad, según lo que escuché todas sus víctimas tenían antecedentes de a ver usado la violencia con otros.
-igual no debes bajar la guardia- se levanta de su lugar deja las cosas en el refregadero para luego tomar su mochila, ya se va.
-ten un buen día- le dijo, a lo que el se acerca y revuelve mi pelo, lo miro de reojo el sabe que odio que haga esto pero igual lo hace.
-tu igual- me sonríe para después darse la vuelta y caminar hacia la puerta, se fue. suspiro pesadamente, me es tan difícil fingir mis pensamientos son muchos muy fuerte.
Tomo mis cosas, me coloco una bufanda ya que el clima esta frío está mañana y hago la misma acción que mi hermano, salgo por la puerta y lo primero que me recibe es el frío viento del mes de mayo, nada mejor. Empiezo caminar lentamente mientras reproduzco la suave música en mis auriculares.
punto de vista del asesino.
-levantate vamos!- lo golpeaban sin piedad, no podía evitar que su sangre hirviera, quería ir matarlos en ese instante pero no podía no aquí estaba expuesto cualquiera lo reconocería y todo estaría arruinado, que pensarían del chico dulce e inocente, no no podía.
-que te levantes maldito perro- otra patada ya era mucho, el no resistiría, la sangre salía por su boca. -iqué creen que hacen?- los tres jóvenes se dan la vuelta para ver a la persona que había arruinado su diversión, un chico alto con la cara cubierta por una bufanda y cabello oculto por la capucha de su campera.
tu quién eres, ¿acaso también quieres unos golpes?- el mayor de todos se acercó amenazante hacia el, pero antes de poder decir algo más, el joven le da un puñetazo que lo hace perder el equilibrio. Con una de sus manos tapaba el lugar en donde había resivido, avanza hacia donde se encuentra la figura misteriosa, con la intensión de devolver el golpe
-maldito...-el joven se detiene una mirada aterradora era lo que podía ver, un escalofrío recorrio su espalda -olvidalo, vamos- pasa por su lado con un paso apresurado y la cabeza agacha, sus amigos lo siguen por detrás de igual forma y simplemente desaparecen.
-oye estás bien?- el joven que aún permanece en el piso, mira hacia arriba, solo asiente. Podía ver el miedo en el, pero no hacía su persona sino hacia su agresor, en ese momento sintió lástima por el y simplemente la pregunto salio de su boca, como algo casual.
-¿quieres que lo haga?- la pregunta le tomo por sorpresa.
¿Hacer que? Se preguntó el joven por sus adentros.
Al notar la duda en sus ojos aclaro. -matarlos ¿no te gustaría que ya no te molesten más?- se agacho a la altura de joven -¿no seria genial acabar con todo?- simplemente él miraba con miedo a quien lo había salvado, ¿quién es el? ¿sera tal ves ese asesino? ¿porque su propuesta resulta tentadora?
-¿cuánto debo darte?-pregunto no muy seguro de la respuesta que iba a dar -nada es solo un favor, entiendo tu dolor- coloco una mano encima de su hombro provocando un leve temblor en él, pero al instante se relajó.
tal ves sea la mejor solución ¿debería?
-hazlo- dijo decidido ya no quería más, no quería sufrir cada día los malditos golpes, el quería poder caminar sin ningún miedo.
Vio como el chico se levantó, asintió con su cabeza para luego alejarse.
una nueva víctima sería agregada a su lista.
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El asesino es...
Teen FictionEllos no tienen la culpa, ¿porque lo haces?... Si la tienen, todos la tienen...