If I Could Begin To Be

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—Sabes que tienes un deseo más, podrías tener cualquier cosa.

Las palabras de Gene habían sido muy claras en sus oídos mientras lo sujetaba del hombro, pudiendo presenciar la amplia sonrisa que se esbozaba en su pico mientras extendía su brazo, intentando demostrarle todas las posibilidades a su disposición con la magia de la lámpara. Igualmente, Donald no era tonto, conocía las limitaciones que la magia de los genios podían tener.

Honestamente, quizás era eso lo que lo mantenía tan indeciso.

Podía observar a Goofy a la distancia. Aún yacía en el suelo, de alguna forma el genio mantenía a los escorpiones lejos de él y había mantenido lo que parecía su mercancía oficial, y no podría decir que estaría sorprendido si estuviera viendo Maxes; todo parecía indicar que sería un buen padre incluso antes de que naciera su hijo, un bonachón empedernido a diferencia de él, no dejándose guiar por deseos egoístas e impulsado por el amor entre su hijo y él.

Por el otro lado estaba su familia, y al pensar en ella, inmediatamente fue consciente de las miradas, emociones completamente diferentes que lo mantienen conectado a tierra. Della y Scrooge lucían sonrisas solidarias, ¿y es que cómo culparlos después de haberles arrancado toda su esencia descaradamente?

Sus niños, los cuatro, lucían sonrisas que apenas alcanzaban sus ojos, pero que lucían tan cálidas que quebraban a Donald porque, honestamente, preferiría a ver a esos encantadores patitos molestos con él por haberles mentido, con el único propósito de mantenerlos en una fantasía de perfecta familia normal.

Pero Goofy tenía razón, y sabía que debía agradecérselo en cuanto despertara. Las aventuras era lo que hacía a su familia normal. Incluso su madre y su tía Tillie solían acompañar a Scrooge, era básicamente una tradición familiar.

No podía arrebatar todo eso por ser la oveja negra y desear por erradicar la tradición.

Incluso la señora B, aún con su expresión seria y mientras revisaba a su viejo amigo, sabía que estaba expectante a su deseo.

¿Se sentía presionado? Tal vez, porque una idea había aparecido en su mente pero no había tardado en esfumarse.

—Esta bien, Donnie. Pidas lo que pidas, tendrás nuestro apoyo —wow, había extrañado mucho escuchar eso. La voz cálida y gentil de su hermana siempre había tenido un efecto tranquilizador de una manera que ni siquiera él podía comprender, ¿quizás era el factor nostalgia y reminiscente a su madre?, el brillo de su mirada lucía tenuemente apagado, y ambos mellizos sabían que tenían mucho de qué hablar.

Honestamente, no se sorprendería si Huey, Dewey, Louie e incluso Webby se estuvieran murmurando cosas entre ellos. Había criado a esos trillizos durante once años, y la hermosa adición de la patita a la familia era una razón más a sus plumas grises y raciones más grandes de café negro, por lo que ya era consciente de muchas de sus travesuras, o sus vagos intentos de mantener códigos de comunicación que él había practicado durante años con Della; y francamente los merecía.

Que hablaran de él a sus espaldas no podría serle nuevo, pero ahora no podría reprocharles por ello.

—Te lo mereces, hijo; es cierto que esta familia puede ser un dolor de cabeza —y ahí estaba Scrooge; el anciano dedicándole una sonrisa que le recordaba esos días de antaño en los que todo estaba bien y sólo eran Scrooge McDuck y los Mellizos Duck contra lo inimaginable e ignorando voluntariamente los reprochantes "¡hey!"s de sus sobrinos nietos—, si necesitas tu espacio, creo que podremos entenderlo.

Había algo en su mirada que Donald no podía descifrar, y eso no evitaba que se sintiera menos fuerte. No se merecía a esta familia, pensaba decaído; eran demasiado indulgentes para su gusto. Quizás él era el problema.

Un Deseo Más ┋ DuckTales 2017Where stories live. Discover now