Capítulo diecinueve: «Puño de fuego» Ace

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Su subconsciente le decía que era hora de despertar; no obstante, no deseaba abandonar la calidez y el confort ofrecido por las suaves sábanas. Se acomodó de medio lado sobre el costado derecho, casi al tiempo que las aletas de la nariz se le expandían y se le contraían inspirando un delicioso aroma a café que se percibía repentinamente.

Sí, olía delicioso, pero no fue motivo suficiente para despertarlo del todo. Todavía no abría los ojos. Quería seguir durmiendo un rato más, pero un bullicio lo perturbó...

—¿Niños jugando? —murmuró bastante ronco—. Malditos mocosos, cállense... —masculló volteando la cara para cubrirse la cabeza con una almohada.

—¡Despierta papá! —exclamó un niño, sacudiéndole el brazo derecho.

—¿Papá? Cállate... mocoso —dijo entre suspiros perezosos, mientras halaba hacia abajo la almohada para según, cubrirse mejor la cabeza y no escuchar tanto ruido.

—Mamá, ¡papá no se despierta! —Se escuchó decir a una niña.

—¡Papá juguemos!

—(Tn), ¡saca esos niños de aquí! —gruñó Doflamingo. Se cubrió con la sábana completamente, después de removerse con pereza sobre el colchón de la cama.

—¿Doffy? ¡Ey, despierta! —Exclamó (Tn). Doflamingo abrió los ojos, y la miró sonriéndole con ternura—. Buenos días, ¿estás bien?

—¿Dónde están los niños? —Le preguntó confundido.

—¿Niños? ¿Cuáles niños mi amor?

—La niña y el niño que... —miró hacia los lados. Notó que estaban en su habitación, en el palacio—. Habían dos niños aquí —dijo muy serio—. Estaban jugando.

—Mi amor aquí no hay niños —le aclaró entre risitas—. Bueno, hay uno —murmuró sonrojada—. Pero nuestro bebé aún no nace.

Doflamingo abrió los ojos más de lo normal, y se sentó bruscamente.

—¿Bebé? ¿Cuál bebé, mujer? —preguntó alterado.

De repente (Tn) se sentó con dificultad a causa de su enorme panza de embarazo.

—Doffy... ¿estabas soñando con niños? —Inquirió enternecida—. Aw, ¡qué dulce! —Sonrió conmovida—. Supongo que estás ansioso, pero aún faltan dos meses para que nuestro bebé nazca.

—No, no, no, no... —Agitaba las palmas de las manos en dirección a ella. Lucía realmente aterrado—. ¡Esto no puede estar pasando!

—Amor... ¿por qué estás tan alterado? —preguntó (Tn) acercándose a él.

—No, eso no es mío. —Le decía señalándole el estómago—. ¡Yo no puedo convertirme en padre!

—Doffy, ¿de qué estás hablando?

—¡Aléja esa cosa de mí! —vociferó con espanto—. ¡Yo no puedo ser padre! —alegaba caminando en reversa.

—Ey, oye, Doffy, hey... ¡despierta! —Le gritaba (Tn) mientras lo sacudía. Él estaba quejándose como si tuviera pesadillas.

Doflamingo se sentó abruptamente, agitado, sudando a mares. Cuando miró a (Tn), creyó que seguía soñando ya que se había estado despertando de un sueño dentro de otro sueño, y ya no sabía si seguía dormido o no.

—¡Kaminari! —exclamó al quitarle la sábana de encima. Le tocó el vientre y puso su oído sobre éste.

—Oye, ¿que sucede!? —Le preguntó consternada.

—¡Por favor nunca te embaraces! —Le pidió mirándola a los ojos, enmarcando un gesto de preocupación.

—¡Buenos días a ti también! —Le saludó un tanto confundida, y a la vez... decepcionada—. Y gracias por la advertencia, pero creo que si tanto miedo tienes de convertirte en papá, deberías cuidar donde te vacías, ¿no lo crees? —Añadió, intentando fingir una sonrisa.

Reina de Corazones  ━━  [Finalizado] 《1》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora