El árbol de la vida, muerte y recuerdo.

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Si quisieras leer la historia de un árbol parlante, empezaría diciendo que no era cualquier árbol.

Te diría que este es un árbol mágico, pero, como lo mágico y milagroso que este árbol puede ser -y que a pesar de todo es tan idéntico a los demás- para ti y para mí, a simple vista, es un árbol cualquiera.

Y como es una árbol cualquiera para nosotros a la vista, lo que resaltaría de este para ser diferente, era que el árbol del cual te hablo era un árbol de la vida y de la muerte.

Su tronco era grande y grueso, sus hojas eran de un verde oscuro intenso y sus flores resaltaban por tener diferentes colores.

El sonido que hacían las hojas al chocar y el frío que calaba las ramas de todos los arboles era el calmante para aquel bosque solitario en invierno, ya que, la humanidad en esos tiempos de nieve, disminuía la visita y tala. En donde este árbol milagroso se encontraba.

Era tan grande y viejo que lo único que delataba su inocencia ingenua era su corazón.

Entonces, era un árbol de la vida.

Las personas que lo encontraban en el bosque -gracias al sin fin de historias sobre este y su fe en creerlas- le pedían muchas cosas. Tanto buenas como malas.

Entonces, era un árbol de la muerte.

Te podía quitar tus dolores, hacerlos suyos, y después, hacerte descansar dulcemente.

Así como se los estoy contando, este árbol era como un niño.

-¡Tengo cáncer, y no sé cuanto de vida me quede! -Gritaba una joven al árbol.

Sus lágrimas se deslizaban por sus pálidas mejillas, mientras, relamía constantemente sus labios resecos. Pareciera que estar aferrada a los cuentos extraordinarios era su ultima opción.

Aunque no tenía nada que perder, pues el frío era intenso, y su cuerpo, muy débil.

El árbol milagroso dejo que sus hojas se muevan un poco más por el viento, y, con parsimonia y belleza absoluta hizo que su voz sea escuchada por los oídos de la joven.

«Toma uno de mis frutos, cómelo y tu enfermedad se irá. Seguirás viviendo por muchos años y amarás»

|*|

Al árbol le encantaba la primavera, no solo porque sus flores se ponían más hermosas para vanidosear un poco, sino, porque ya no estaba tan solo.

Este árbol amaba la compañía de los pájaros que llegaban a una de sus fuertes ramas para armar sus nidos, o cuando otros animales se acercaban para vivir con él un tiempo.

Sí, el árbol amaba la primavera, al igual que las otras bellas estaciones.

-Mi familia esta dividida por varios problemas, tanto económicos como ideales personales. Quisiera que volvamos a ser esa familia unida. Mis hijas se quieren ir y mi esposa me ignora. -Contaba un hombre con la mirada perdida. Las lágrimas solo eran un rastro y sus manos mostraban nerviosismo.

El árbol de la vida, muerte y recuerdo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora