Capítulo 1

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No todos pueden superar su propio pasado

Anónimo.

Advertencia: Contenido sexual brusco en la primera parte de la historia.

Iba caminando rumba a mi casa, mis amigas me habían dejado hace medio camino de mi casa la cual quedaba demasiado lejos y tenía que seguir el rumbo sola. Eran aproximadamente las tres y media de la mañana y las calles eran totalmente solitarias, la luna brillaba como nunca y ya me empezaba a dar miedo y era en estos casos en los que me arrepentía de no hacerle caso a mi hermana de regresar temprano de mis andanzas.

Derrepente empecé a escuchar risas como de una persona drogada. Hice caso omiso a lo que escuchaba cada vez más cerca y tome otra dirección para llegar a mi casa.

El reflejo de un auto a un par de metros de mí, se hacía cada vez más visible, luego de unos minutos ví a mi hermana, Lucía, bajar del auto que mis padres le habían regalado hace un año para su cumpleaños.

-Tú -me llamó- ¿qué haces llegando a esta hora? -movía su larga cabellera castaña de un lado a otro-

-venía de la fiesta de cumpleaños de una amiga del colegio -me apresure a decir-

-¿qué amiga? -Lucía era muy preguntona y sobreprotectora, cada vez que podía, me protegía o me consentía-

-Antonia -respondí ante su duda- no la conoces, aún no la llevo a casa.

Nuestra conversación no llegó a mucho, cuando un hombre de unos 20 quizá 25 años de cabellera oscura, ojos totalmente rojos, olía a alcohol y drogas.

-pero miren las sabrosuras que tenemos aquí -sonrío maliciosamente, acercándose más a nosotras en especial a mí-

-aléjate, asqueroso -me sostuvo mi hermana del brazo alejándome del tipo-

-¿así es como recibes a tus amigos, cariño? -¿amigos?, me apresure a pensar-

-¿amigos? Lucía, ¿quién es este tipo? -las lágrimas alarmaron con salir, mi corazón empezaba a latir cada vez más rápido y temía que ese tipo nos hiciera algo... y así fue-

Hubo silencio durante unos minutos pero en menos de lo que pensé, el tipo había dejado inconsciente a mi hermana de un solo golpe, dejándome a mí a solas con él tipo. No sabía qué hacer, no quería dejar a mi hermana sola pero si no corría, el tipo iba a seguir conmigo. Lo primero que pasó por mi mente fue correr, pero apenas corrí un par de metros, el tipo ya había conseguido alcanzarme y no solo eso, había conseguido inmovilizar las piernas con la gran fuerza que tenía en las suyas. Sus brazos sujetaron los míos mientras sus labios besaban asquerosamente mi cuello mientras me removía en el suelo intentando sacarlo de encima. Las lagrimas salian desesperadamente. Empecé a gritar, grité, grité y grité como nunca lo había hecho antes, pero nadie escuchó, no había nadie cerca, nadie me ayudo y sabía que en parte era mi culpa.

Sus labios se acercaron asquerosamente a los míos, removiendo los con brusquedad. Yo seguía intentando salir de la presión de su cuerpo, pero me altere cuando él tocó bruscamente mi feminidad y sacó brutamente la parte de mis jeans. Y si entonces antes había gritado antes, ahora fue muchísimo peor. Él rápidamente se sacó los pantalones y no le tomó un segundo entrar dentro de mí. Entonces en ese momento quedó todo en blanco en mi mente, lo único que podía hacer era seguir gritando, pero no estaba ahí. 

Perdí la cuenta de cuánto duró todo, luego de eso... todo quedo en negro.



Guerrera - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora