SELINA ESTABA DISPUESTA A HACER SACRIFICIOS CUANDO LA SITUACIÓN LO AMERITABA. El reciente secuestro de su amiga le parecía lo suficientemente importante como para recogerse el cabello en condiciones, colocarse el vestido blanco preferido de su padre y, con la más tierna de sus sonrisas, salir a la calle con la intención de que el grupo de hombres encargados de la búsqueda de Elizabeth le hiciera el más mínimo caso. No quería que esta vez la tratasen como a una niña caprichosa y, si para parecer más madura debía cuidar un poco más su aspecto, lo haría. Le parecía absurdo que gran parte de lo que opinaran de ella se basase en su vestimenta, aunque desgraciadamente, ella no imponía las normas.
La única ventaja que había traído consigo la desaparición de Elizabeth había sido que ella era la principal preocupación, por lo que Selina se había librado por fin de la presencia de los guardias que a cada segundo vigilaban sus espaldas y, en la medida de lo posible, podía ir a donde quisiera. Aunque, por supuesto, no se atrevía a abusar de este privilegio por temor a pasarse de la raya y que le pusieran el doble de vigilancia.
Se sabía de memoria el camino hasta el puerto porque desde que llegó a Port Royal había estado fantaseando con poder ir sola hasta allí. Sin embargo, le hubiera gustado cumplir su sueño en otras circunstancias, ya que en ese momento ni siquiera tenía unos minutos para contemplar el mar.
Su padre, el gobernador y James Norrington ideaban un plan rodeados de sus guardias. Habían colocado una mesa improvisada sobre la que habían dispuesto un montón de mapas junto con plumas y demás utensilios para escribir. Sin embargo, parecían tan tranquilos que Selina no pudo evitar preguntarse si realmente estaban preocupados.
David fue el primero en percatarse de su presencia cuando la chica estuvo lo suficientemente cerca de su posición. Aunque aquella era una de las pocas veces en las que se sentía completamente satisfecho con el aspecto de su hija, no pudo evitar ponerse alerta ya que, si Selina seguía las normas de etiqueta, era porque deseaba algo a cambio. Y, cuando quería algo, no descansaba hasta que lo lograba.
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Entre la espada y el océano | Piratas del Caribe [Jack Sparrow]
FanfictionJack Sparrow era un pirata y, como tal, tenía claro que su corazón debía pertenecer al mar. Era, además, del tipo de personas que no solían medir las consecuencias de sus actos, por lo que no era extraño encontrarle en medio de situaciones complicad...